La aclamada “Frozen”, que reescribe el clásico cuento de Hans Christian Andersen “La reina de las nieves”, le dio a los estudios Disney su primer Óscar a la mejor película animada desde la creación de la categoría en 2001.

La cinta, que ha recaudado casi 1.000 millones de dólares en todo el mundo, es la culminación del llamado “segundo renacimiento” de los estudios Disney, dinamizados por una competencia feroz y gracias a la incorporación del estudio Pixar y de su director John Lasseter al imperio del ratón Mickey.

Los críticos han calificado a “Frozen” como una de las mejores películas de Disney de todos los tiempos, tras los éxitos de “La princesa y el sapo” (“Tiana y el sapo” en España, 2009), “Rapunzel” (2010) y “Wreck-it Ralph” (“¡Rompe Ralph!” en España, y “Ralph el Demoledor” en Hispanoamérica, 2012).

Y, aunque parezca difícil de creer, el premio de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos otorgado este domingo es la primera estatuilla que gana Disney por una película animada.

Famoso por sus películas de animación, Disney había quedado estancado en los últimos años tras la catarata de éxitos de Pixar, desde “Toy Story” a “Cars”, pasando por “Buscando a Nemo”, “Ratatouille” y “Up, una aventura de altura”.

Pero no es la primera vez que Disney renace. Los años 1970 y 1980 habían sido duros para el estudio, que tuvo que esperar a la llegada de una nueva generación de animadores para volver a cosechar triunfos, que llegaron con “La sirenita” (1990), “La bella y la bestia” (1991) y la consagración de “El rey león” (1994).