El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) comenzó este lunes una nueva reunión de urgencia sobre la crisis en Ucrania, el tercer encuentro de este tipo en cuatro días. La reunión fue convocada a solicitud de Rusia.

El embajador ruso Vitali Churkin declaró a su ingreso a la reunión que iba a “explicar en detalle la posición de la Federación Rusa” respecto a la crisis.

Luego, al hablar ante el Consejo de Seguridad, Vitaly Churkin citó un “mensaje” del derrocado gobernante de Ucrania, Viktor Yanukóvich, dirigido al presidente Vladimir Putin pidiendo ayuda militar para “defender al pueblo ucraniano” porque “Ucrania está al borde de la guerra civil”.

Su homólogo francés Gérard Araud dijo esperar que Churkin “aporte una buena noticia, es decir el retiro de las fuerzas armadas rusas a sus bases” en Crimea.

El sábado una reunión de los embajadores de los 15 países miembros del Consejo finalizó con un gran desacuerdo entre los países occidentales y Rusia. Washington y Londres siguen solicitando a Moscú que retire sus refuerzos militares de Crimea.

La reunión del sábado también mostró las diferencias sobre el procedimiento, ya que Rusia rechaza las consultas para transformar las sesiones en públicas y se opone a la presencia del representante ucraniano ante la ONU.

El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, denunció este lunes en Ginebra la amenazas de “sanciones” y “boicot” tras las acciones de Rusia en Ucrania, puesto que los países occidentales tratan de privar a Moscú de su lugar en el G8.

Lavrov acusó al nuevo gobierno ucraniano de querer atacar a las minorías y defiende la creación de grupos de autodefensa para “proteger las poblaciones” rusas y rusoparlantes.

Según los guardias de la frontera ucraniana, los militares rusos continúan llegando de forma masiva a Crimea, violando de esta manera acuerdos internacionales.

El parlamento ruso dio el sábado luz verde a las fuerzas armadas rusas para intervenir en Ucrania.