Claudia Barattini tendrá una labor difícil y compleja, ya que hace mucho que la Cultura y el Patrimonio han quedado relegados a hacer eventos y construir infraestructura, pero sin una reflexión profunda sobre lo que es Cultura y Patrimonio y sin verdaderas políticas. Y en una gestión que dura sólo 4 años.

Los desafíos son muchos, muchísimos. Y son en todos los ámbitos. Desde lo institucional al fomento de la creación y la formación de audiencias, pasando por coordinaciones como a la elaboración de información y estadísticas serias.

Institucionalidad

Desde el Gobierno de Ricardo Lagos, cuando se creó el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (con gran discusión sobre si debía ser ministerio o no), los avances han sido nulos, con grandes fracasos tanto en el gobierno de Michelle Bachelet (que propuso un resistido proyecto de Instituto del Patrimonio) como en el de Sebastián Piñera (Presentó un mal proyecto de Ministerio de Cultura y una peor propuesta para reformar el Consejo de Monumentos Nacionales).

En este ámbito urge tener una nueva institucionalidad para la Cultura y el Patrimonio, que incorpore los aprendizajes del CNCA y que, en el ámbito del Patrimonio, pueda modernizarse, incorporando categorías, nuevos conceptos y teniendo una estructura nacional, por mencionar sólo algunos aspectos. La situación del Patrimonio es grave y puede llegar a ser dramática, si en algún tiempo más la UNESCO le quita la categoría de Patrimonio Mundial a alguno de nuestros valores beneficiados, como Valparaíso o las iglesias de Chiloé.

Generar cambios institucionales, legales, es un proceso lento, que requiere participación e ir creando consensos. Si no se parte con fuerza desde un principio, serán 4 años perdidos.

Infraestructura, teatros y centros culturales

En los últimos 20 años se han construido muchos centros culturales y teatros (regionales, municipales), desde la remodelación de la Estación Mapocho al GAM, pasando por Matucana 100, la excárcel de Valparaíso y el Teatro Regional del Maule o el municipal de Temuco, por mencionar sólo algunos.

Sin embargo, construidos estos edificios surgen las dificultades de financiamiento y de gestión, de programación, difusión, etc. En este sentido, hay un gran aporte que se puede hacer ayudando a crear coordinaciones entre los centros culturales, creando redes, contactos, apoyando y fortaleciendo la formación y la gestión. Por ejemplo, se podrían generar giras que potencien tanto a los artistas y las compañías como a los centros culturales. Pero todo aquello requiere de poder político y económico, de experiencia y redes (que el CNCA tiene).

Fomento de audiencias

Las audiencias son un gran tema y una gran debilidad en muchas áreas, algunas de manera dramática, como es la música clásica, las artes visuales o el teatro infantil.

El tema en algunas áreas es particularmente complejo, por ejemplo en el teatro familiar o infantil, donde hay pocas compañías consolidadas de calidad y donde no se entregan parámetros a los adultos para poder valorar lo que hay en cartelera.

También el cine chileno, con casi 40 títulos en el 2013, tiene serios problemas de espectadores, ya que sólo 4 de ellas superaron los 100.000 espectadores, y la mayoría no llegó a los 5.000. Y más serio es el caso del cine infantil, ya que en Chile prácticamente no hay producciones para este segmento, es decir falta fomentar la producción.

Apoyo a creadores y áreas específicas

A creación de calidad requiere tiempo. Y fomentar ciertas áreas particularmente deficitarias, como el cine infantil, la artesanía, el teatro familiar o ampliar audiencias, poner algunos ejemplos, requiere de apoyos de mediano y largo plazo.

Lo anterior requiere tener un catastro y una mirada clara sobre prioridades y estrategias para lograr los objetivos. Pero es evidente que no se puede seguir con concursos aislados, la mayor parte con fondos de corto plazo, que no permiten desarrollar proyectos.

En este punto es importante entender que los apoyos no son sólo económicos (y es bueno dejar, en particular en Cultura y Patrimonio, de reducir todo a dinero), también pueden ser en gestión, difusión, creando redes y circuitos, etc.

Cifras y estadísticas

Hace varios años se empezaron a elaborar estadísticas sobre cultura y “consumo” cultural, lo que fue un gran avance en su momento. Pero desde ese entonces, no se ha avanzado casi nada, y el Anuario elaborado por el CNCA y el INE es una recopilación de información muchas veces es poco relevante y con vacíos inaceptables, como la casi nula entrega de antecedentes sobre Artes Visuales o de Patrimonio.

Si se quiere tener una política en materia de Cultura y Patrimonio y apoyar estas áreas para que los creadores, los gestores y las instituciones puedan funcionar mejor, se debe reformular el Anuario para que sea realmente un instrumento completo y útil. Un desafío urgente y necesario.

Presupuesto

Aunque la inversión en Cultura ha aumentado en forma considerable en los últimos 25 años, ésta es todavía insuficiente y está muy por debajo de las cifras (y porcentajes) de los países desarrollados. Una verdadera lucha a dar con el Ministerio de Hacienda y muchos ministerios (todos anhelantes de más recursos), pero que pasa por tener una propuesta, un proyecto, una política. Una política que proyecte resultados y beneficios posibles alcanzables.

Un presupuesto que, entre otras cosas, posibilite el funcionamiento de centros culturales, teatros, compañías y creadores a mediano plazo, ya que es la única forma de obtener resultados de calidad.

Política cultural

Hace tiempo –quizás desde hace 40 años, o más- que la palabra política está desprestigiada. Pero un país requiere de una política cultural seria. Y este posiblemente será el mayor desafío. Crear conciencia en el Gobierno y en el gabinete que se requiere de más presupuesto y de generar una política, es decir de una reflexión profunda sobre el tema, hacer definiciones y tomar decisiones para llegar a acciones que vayan más allá del Fondart, de construir edificios, crear fondos de fomento o hacer eventos.

Un desafío mayor para un tiempo breve.