Mientras sigue la discusión entre si la reconstrucción es de más de un 90% para el gobierno y casi un 80% para la oposición, y cuáles son las cifras reales, la necrópolis más importante del país todavía no levanta mausoleos que se destruyeron en el terremoto de 2010.

Uno de los lugares afectados pertenecen a uno de los directores más importante del camposanto, Manuel Arriarán, quién dirigió este lugar entre 1880 y 1906. Gracias a su gestión el Cementerio General le sigue dando ingresos a Recoleta.

Cuando asumió Daniel Jadue, Recoleta sostuvo que la reconstrucción alcanzaba un 70% en “El Mercurio” del 24 de febrero del 2013. Tras una denegación de información de Recoleta sobre las cifras oficiales y gracias al amparo C498-13 y sanción del Consejo para la transparencia, se pudo establecer que la reconstrucción sólo llega al 16% y que de 364 obras dañadas, Recoleta solo ha hecho 4 obras civiles, todas con irregularidades y sin criterios de conservación y resistencia antisísmica.

El Gobierno desahució al Cementerio y aún estando vivo, le han estado echando tierra al problema. Recoleta sigue viendo el terremoto como un buen negocio y pese a lo que dijo la Contraloría en el Informe 32822 del 2012, con la complicidad del Consejo de Monumentos, insiste en que la reconstrucción es deber de los privados y publica listados, con la esperanza de liberar terrenos según los artículos 40 y 43 del Reglamento de Cementerio, aunque la Contraloría el 2009 haya decretado ilegal dichos procedimientos (inf. 226, punto 3.3.3).

El mausoleo de Manuel Arriarán antes y después.

El mausoleo de Manuel Arriarán antes y después.