Unos 41 manifestantes, incluidos ocho extranjeros, fueron detenidos este viernes luego de enfrentarse a pedradas y con ‘bombas molotov’ a militares que intentaban dispersarlos con gases lacrimógenos de una avenida del este de Caracas, informó la televisión oficial.

“Operación especial de la Guardia Nacional en Altamira permitió la detención de 41 guarimberos (manifestantes), de los cuales ocho son extranjeros y se encuentran requeridos por terrorismo internacional”, informó en un breve reporte el canal oficial VTV.

Las autoridades no han confirmado la información ni han dado detalles de los extranjeros detenidos durante estos enfrentamientos en la Plaza Altamira, en el acomodado municipio de Chacao y principal escenario en Caracas de las protestas contra el gobierno.

El alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, indicó en la red Twitter que “han atendido a 3 pacientes provenientes de Altamira, 2 por perdigones y 1 con contusiones/laceraciones”.

Las fuerzas del orden dispersaron con chorros de agua y gases lacrimógenos a los manifestantes, muchos de ellos encapuchados, quienes instalaron decenas de barricadas en los alrededores de Altamira y lanzaron una nutrida lluvia de bombas incendiarias a los uniformados, constató la AFP.

En Altamira se registran casi a diario este tipo de disturbios al caer la noche desde que el 12 de febrero se realizó una gran marcha opositora en el centro de Caracas, que terminó en enfrentamientos entre manifestantes, grupos ilegales armados y fuerzas del orden.

Desde que comenzaron las protestas, el servicio de salud de Chacao ha atendido a más de un centenar de manifestantes por heridas de perdigones, golpes o problemas respiratorios resultado de los gases lacrimógenos.

Distintos hechos ligados a la ola de protestas opositoras que sacude a Venezuela desde hace más de tres semanas han dejado un total de 18 muertos en todo el país, según informes de las autoridades.

Las manifestaciones estudiantiles iniciaron el pasado 4 de febrero tras el intento de robo y violación de una universitaria en San Cristóbal. Desde entonces la protesta se ha extendido al resto del país, con reclamos por la creciente crisis económica e inseguridad del país.