Les consultas políticas continúan este miércoles en Ucrania para formar un gobierno de transición y someterlo a la aprobación del Parlamento, tras la destitución el pasado fin de semana del presidente Viktor Yanukovich.

Buena señal de la dificultad para alcanzar un compromiso, el Parlamento ucraniano postergó hasta el jueves el nombramiento de un gobierno de transición, previsto inicialmente este martes.

“No podemos seguir esperando”, afirmó ante el Parlamento el presidente interino Olexander Turchinov.

Los más citados para el cargo de primer ministro son el banquero y líder de la contestación Arseni Yatseniuk y el oligarca opositor Petro Poroshenko.

La ex primera ministra Yulia Timoshenko dijo que no aspira a ocupar dicho cargo y se dispone a viajar a Alemania para recibir atención médica.

Otro de los líderes de la oposición a Yanukovich, el ex boxeador Vitali Klitschko, anunció este martes que será candidato a la elección presidencial anticipada del 25 de mayo.

También se presentará el gobernador prorruso de la región de Jarkiv, Mijailo Dobkin. La campaña electoral comenzó el martes y los candidatos tienen de plazo hasta el 30 de marzo para inscribirse.

Yulia Timoshenko, por su parte, no realizó “ninguna declaración sobre las elecciones presidenciales”, indicó el martes su portavoz.

Los diplomáticos occidentales intentaron calmar este martes la tensión con respecto a Ucrania, donde las autoridades provisionales luchaban para impedir una bancarrota y obstaculizar las tentaciones separatistas en el sur y el este.

Tras haber puesto en entredicho el lunes la legitimidad de los nuevos dirigentes ucranianos, y declarado que no se veía “trabajar” con un gobierno surgido de la “revuelta”, Moscú adoptó un tono más conciliador.

El ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, dijo que las elecciones presidenciales anticipadas del 25 de mayo son contrarias al acuerdo de salida de la crisis firmado la semana pasada.

No obstante, Lavrov se mostró más conciliador al afirmar que Moscú quiere “que Ucrania forme parte de la familia europea, en todos los sentidos del término”.

“Estamos de acuerdo en que es peligroso y contraproducente obligar a Ucrania a elegir: ‘O estás con nosotros o estás contra nosotros’”, añadió.

En Washington, el secretario de Estado norteamericano John Kerry, se pronunció en el mismo sentido: “No es un juego (…) se trata del pueblo de Ucrania y de las decisiones de futuro de los ucranianos”, dijo en conferencia de prensa conjunta con su homólogo británico, William Hague.

Hague destacó que el Reino Unido, al igual que Estados Unidos y las principales potencias europeas, “resalta con fuerza la integridad y unidad territorial de Ucrania”.

El jefe de la diplomacia británica enfatizó que Ucrania “es un país que necesita asistencia financiera de varias fuentes, incluyendo Rusia. No se trata de apartarlo de Rusia. Se trata de permitirles (a los ucranianos) que pueden tomar sus propias decisiones”.

Ucrania en la familia europea

“Nosotros proponemos apoyo, no injerencia”, explicó en Kiev la alta representante de la diplomacia europea, Catherine Ashton. El número dos de la diplomacia estadounidense, William Burns, llegó este martes para reunirse con los nuevos responsables.

Rusia había anunciado en diciembre un crédito de 15.000 millones de dólares a Ucrania y por ahora ha entregado 3.000 millones, además de una importante rebaja de los precios del gas. Ahora parece improbable que Rusia conceda la parte restante del crédito.

El ministro interino de Finanzas, Yuri Kolobov, evaluó en 35.000 millones de dólares la asistencia necesaria durante el periodo 2014-2015 y propuso “la organización de una gran conferencia internacional de donantes” que recibió el apoyo de la Unión Europea, Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente interino, Olexander Turchinov llamó a “poner fin inmediatamente a las manifestaciones peligrosas de separatismo”, sin citar casos concretos. En Sebastopol y Simferopol, en la península de Crimea, se registraron este martes pequeñas manifestaciones prorrusas de varios cientos de personas.

Los países occidentales temen que la integridad territorial de Ucrania se vea en peligro por la división entre el este, de habla y sensibilidad rusa, mayoritario, y el oeste nacionalista y que habla ucraniano.

El Parlamento aprobó por amplia mayoría pedir a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya que juzgue al presidente destituido Viktor Yanukovich por “crímenes contra la humanidad”.