El papa Francisco recibe este viernes por segunda vez en el Vaticano para una audiencia privada a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, quien asistirá el sábado a la ceremonia de proclamación de los primeros 19 cardenales del pontificado, entre ellos el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta.

Se trata de una reunión de “carácter personal”, precisó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, tras recalcar que no es un encuentro oficial, a nivel de los dos Estados.

La mandataria brasileña será recibida por el papa Francisco en una oficina adyacente a la sala Pablo VI del Vaticano hacia las 19:30 hora local (18:30 GMT).

“No se ha programado una reunión con el Secretario de Estado”, el italiano Pietro Parolin, número dos del Vaticano, quien también recibirá el título cardenalicio el sábado.

“No es un encuentro para tratar asuntos políticos o bilaterales”, reiteró Lombardi.

Las relaciones entre el gobierno brasileño y el Vaticano atraviesan un buen momento y se han reforzado desde la elección en marzo pasado del primer pontífice latinoamericano, particularmente sensible a las comunidades de base católicas de ese país.

Rousseff, que fue una de las primeras mandatarias recibidas en marzo en el Vaticano por Francisco inmediatamente después de su entronización, volvió a reunirse con el Papa en dos ocasiones en julio pasado durante la permanencia de una semana del Sumo Pontifice en Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud, su primer viaje al exterior.

Brasil desea que el papa asista al Mundial de Fútbol

La mandataria brasileña pretende abordar con Francisco temas como la lucha contra la pobreza e invitarlo al Mundial de Fútbol en Brasil que se celebra este año, conociendo la pasión que cultiva el jefe de la Iglesia por ese deporte, según adelantaron fuentes de la cancillería brasileña.

Una invitación que será desatendida seguramente ya que Francisco ha declarado en varias ocasiones que este año no piensa viajar a América Latina, ya que tiene programado en mayo visitar Tierra Santa y más tarde Corea del Sur.

“Existe una intensificación del diálogo con el Vaticano ya que el papa constituye una voz cada vez más activa en la promoción de temas apreciados por Brasil como la inclusión social y la lucha contra la pobreza”, explicó una fuente de la cancillería brasileña.

La designación como cardenal del arzobispo de Río de Janeiro y la salida de la comisión que auditaba el Banco del Vaticano, del arzobispo de Sao Paulo, el cardenal Odílio Scherer, considerado un conservador, han sido considerados gestos de cercanía hacia los sectores más progresistas.

El nuevo cardenal brasileño, Tempesta, fue además el organizador de la Jornada Mundial de la Juventud.

Tras ser elegida en 2010, Rousseff, una exguerrillera de 66 años, se comprometió a no impulsar una despenalización del aborto en su país, que tiene el mayor número de católicos en el mundo, otro gesto conciliador con la Iglesia católica.

Ninguna confirmación ha sido dada acerca de la reunión entre Rousseff y el presidente italiano Giorgio Napolitano, inicialmente prevista para este mismo viernes.

Italia está pendiente de la formación de un nuevo gobierno tras la renuncia del primer ministro Enrico Letta y Napolitano tiene fijada una cita el viernes con el primer ministro designado Matteo Renzi para presentar su gabinete de Gobierno.

El lunes, Rousseff participará de la VII Cumbre Brasil-Unión Europea, en Bruselas, con los presidentes de la UE, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.