La justicia rusa pronuncia este viernes su veredicto en el juicio de ocho manifestantes acusados de violencia en una manifestación previa a la investidura del presidente Vladimir Putin en mayo de 2012, en un caso que los opositores consideran emblemático de la represión que sufren.

Poco antes del comienzo de la audiencia, las dos jóvenes integrantes del grupo contestatario Pussy Riot liberadas de prisión, Nadejda Tolokonnikova y Maria Alejina, así como el opositor Alexei Navalny, llegaron al tribunal, pero no se les dejó entrar.

En total, unas mil personas partidarias de los acusados esperaban fuera del tribunal, a gritos de “Libertad”.

La fiscalía rusa ha pedido entre cinco y seis años de prisión para los ocho acusados, algunos de ellos en la cárcel desde hace más de un año. Comparecen por haber participado en “disturbios masivos” y “violencia contra las fuerzas del orden”.

En total, unas 30 personas se han visto involucradas en el “caso Bolotnaia”, la plaza donde degeneró la manifestación del 6 de mayo de 2012 contra la investidura al día siguiente de Vladimir Putin para un tercer mandato presidencial.

Algunos fueron detenidos por haber lanzado botellas de plástico contra los agentes, y otros por haber destruido cabinas públicas de aseo o haber opuesto resistencia a las fuerzas del orden.

Sin embargo no hubo muertos ni heridos graves, ni disparos o incendios voluntarios en la manifestación.