No hay nadie que esté realmente preparado para la experiencia increíble que es ser madre. Si bien puedes leer acerca de embarazo y maternidad, o escuchar consejos de personas cercanas o expertos, una vez que tienes a tu bebé en los brazos todo lo que aprendiste durante el tiempo de espera podría irse por la ventana.

En este contexto Nadia Carriere, madre y fundadora del sitio especializado en niños “Child Mode”, desde su experiencia hizo una lista de 5 cosas que debes tener en cuenta antes de iniciar esta nueva etapa de la vida.

1- Sigue tu instinto.

¿Alguna vez has tenido alguna sensación que no puedes quitarte de la cabeza? Si sientes que algo anda mal o percibes que no es correcto… ¡Escucha lo que te dice tu mente! son tus instintos, que casi siempre tienen la razón y que a la hora de convertirte en madre se vuelven fundamentales.

2- No agrandes los problemas pequeños.

No te preocupes por cosas pequeñas, ya que al final sólo son eso. El primer año de vida de un bebé es uno de los más mágicos, y la gente no bromea cuando dice que pasa muy rápido. La ropa y quehaceres que no son de vida o muerte pueden esperar, y no hacerlos implicaría disfrutar más aún el crecimiento de tu hijo. ¡No te preocupes!

3- Pide ayuda.

No hay absolutamente nada malo en pedir un poco de ayuda. Los miembros de la familia más cercanos son usualmente los que están más dispuestos a cooperarte con la crianza del bebé, aunque sólo sea tenerlo un rato en brazos para que descanses. Si no tienes a un familiar cerca, entonces puedes contratar a alguien para que te ayude. Recuerda que tener asistencia es primordial.

4- Tómate un tiempo para ti.

Suena casi imposible con un bebé recién nacido, pero es importante que igual recuerdes que tu vida no puede verse totalmente impedida tras el nacimiento de tu hijo. Tomar una ducha tranquila, caminar un rato o incluso salir un momento con tu pareja o amigas puede resfrescarte entre tanto estrés.

5- No hay una fórmula única para todo.

Lo que funciona para una, no necesariamente debe funcionar para otra. Una generación cambia con la que sigue, y las familias tienen métodos de crianza distintos. No te sientas culpable si decides hacer las cosas de una forma diferente, ya sea algo tan simple como horarios de sueño o la alimentación de tu bebé.