Casi doscientos manifestantes solicitaron a la Organización de Estados Americanos aplicar la Carta Democrática Interamericana y denunciar las violaciones de derechos humanos ocurridas en Venezuela durante la protesta de este miércoles frente a la sede del organismo en Washington.

Los manifestantes sujetaban banderas venezolanas, además de portar numerosas pancartas en las que se leía “OEA, OEA haga su tarea”, “Decimos no a la dictadura SOS Venezuela” y “Venezuela está luchando por su libertad”.

Por otro lado, puertas adentro de la OEA, representantes de los países miembro del organismo regional discutieron durante un Consejo Permanente la situación en Venezuela que ha vivido semanas de protestas callejeras, con un saldo de cuatro muertos.

“Ya basta que la OEA esté volteando sus ojos hacia un lado”, declaró María Brito, perteneciente a Voice for Democracy in Venezuela, grupo que entregó la solicitud ante el organismo.

La carta fue firmada por seis integrantes de esa organización pero, al parecer, contaba con el apoyo de varios de los manifestantes.

“En Venezuela no hay comida pero sí hay violencia y balas para matar al pueblo”, resumió Rafael Castillo, un joven estudiante, “implorando” a la OEA a que se pronuncie sobre esa situación. Otra pancarta increpaba directamente al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y le exigía “hacer algo y aplicar la cláusula democrática” establecida en la Carta Democrática Interamericana.

Los manifestantes se mantenían frente al edificio Casa de las Américas, sede del organismo regional en la capital estadounidense, a pocos pasos de la Casa Blanca y el monumento a George Washington.

Algunos cargaban fotos de los dos estudiantes asesinados durante las protestas de la semana pasada en Venezuela, y pedían la liberación de los manifestantes detenidos y del dirigente opositor Leopoldo López, que se entregó a la justicia el martes tras ser acusado de terrorismo.

También denunciaban la política económica del presidente Nicolás Maduro, con inflación anualizada de 56,3%, y la escasez de varios productos, además de los ataques a la libertad de expresión en Venezuela.

Del otro lado de la calle, una quincena de ciudadanos de distintos países latinoamericanos portaban pancartas de “apoyo a la revolución bolivariana”.