Un grupo de 82 ancianos surcoreanos se preparaba el miércoles en el puerto de Sokcho, este de Corea del Sur, a emprender un emocionante viaje a Corea del Norte para reunirse con familiares que no ven desde hace décadas.

Los ancianos, cuya edad promedio es de 84 años, cumplieron la primera parte de este viaje acompañados por 58 familiares.

Se trata de la primera reunión de reencuentro de familias divididas por la Guerra de Corea (1950-1953) en los últimos tres años.

Un hombre de 91 años llegó a Sokcho, última etapa antes de cruzar la frontera, en ambulancia y otros 14 se desplazan en silla de ruedas.

Lee Ok-Ran, 84 años, explica que ha perdido el sueño desde que supo que iba a volver a ver sus dos hermanas, perdidas de vista en la provincia de Hwanghae (oeste) hace 60 años.

La televisión surcoreana la filmó en su casa cuando preparaba la valija, en la que colocaba cuidadosamente los regalos, medicamentos y galletitas “Choco Pies”, las más populares de Corea del Sur.

“Me dijeron que las Choco Pies también eran populares en Corea del Norte, pero muy caras”, dijo Lee.

“Ok-Bin, Ok-Hi, estoy impaciente de abrazarlas y bailar con ustedes”, le dice la anciana a la cámara mencionando el nombre de sus hermanas.

Millones de coreanos fueron separados por la guerra y la partición de la península coreana en dos países distintos. De los 125.000 surcoreanos que se inscribieron desde 1988 para participar en este programa de reencuentro familiar, 57.000 fallecieron y muchos de los sobrevivientes ya no tienen fuerzas para emprender el viaje.

Las primeras reuniones fueron organizadas en 1985 en un momento de deshielo de las relaciones entre las dos Coreas, pero luego fueron suspendidas durante 15 años.

Una cumbre intercoreana histórica en el año 2000 permitió que se reiniciaran las reuniones a intervalos regulares.

Desde ese año, 21.700 personas pudieron reunirse, brevemente, con sus familiares.

Pero el programa fue nuevamente interrumpido después del bombardeo de una isla surcoreana por Corea del Norte.

Lo que más teme Kim Se-Rin, 85 años, es no reconocer a su hermana en el momento del encuentro.

“Tiene 81 años y me pregunto cómo es”, dice Kim a la AFP. “Hace 64 años que espero esto”, suspira el octogenario que huyo hacia el sur en 1950.

En septiembre pasado, Kim, elegido por sorteo informático para efectuar la visita, sufrió una gran decepción cuando a último momento las autoridades norcoreanas suspendieron el viaje.

En Sokcho, en la víspera del cruce de la frontera, los ancianos siguen con la angustia y el temor de que la visita vuelva a ser anulada.

La reunión prevista el sábado en el monte Kumgang, en la que participarán 180 norcoreanos, se pudo organizar al cabo de intensas negociaciones.

El domingo está prevista una segunda reunión con la presencia de 88 norcoreanos y 361 surcoreanos.

Finalmente, Corea del Norte dio su acuerdo para la reunión después de haber exigido en vano que Corea del Sur anulara unas maniobras militares conjuntas con Estados Unidos.

La reunión tiene lugar unos días después de la publicación de un informe de la ONU sobre los derechos humanos en Corea del Norte, que acusa al gobierno de crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo, Kim Se-Rin no piensa hablar del tema con su hermana, única sobreviviente de la familia.

“Tengo la intención de evitar cualquier conversación política”, afirma Kim, impaciente de reencontrarse con su hermana.