Este 2014 se cumple un centenario desde el inicio de la Primera Guerra Mundial, que fue ante todo un enmarañado conflicto europeo cuyo desenlace se jugó en el frente occidental -Francia y Bélgica -, donde tuvieron lugar las principales y más mortíferas batallas.

El conflicto dejó millones de muertos en los otros frentes europeos, como Rusia, los Balcanes o Italia. Y debido al reparto del mundo entre imperios, se extendió a otros continentes: las colonias inglesas se movilizaron, las tropas inglesas y francesas desalojaron a los alemanes de sus implantaciones en África y, en Asia, Japón se apoderó de posesiones alemanas apenas iniciadas las hostilidades, en agosto de 2014.

No obstante, esto también dejó a la historia grandes jefes militares. Del general francés Foch al alemán Hindenburg, pasando por Winston Churchill, he aquí algunos de los líderes del conflicto bélico bélicos que marcaron la Primera Guerra Mundial:

- Joseph Joffre (1852-1931): A menudo considerado competente pero sin genio, dirigió las tropas francesas del frente occidental en agosto de 1914; su dogma de “ofensiva a ultranza” contribuyó al catastrófico inicio de las operaciones militares de Francia. Imperturbable, logró empero restablecer la situación gracias a una contraofensiva victoriosa en septiembre en la batalla del Marne. Al frente del ejército francés hasta fines de 1916, fue acusado de agotar a las tropas en incesantes ofensivas tan mortíferas como infructuosas, y fue empujado a la dimisión. No obstante, tuvo funerales nacionales.

- Robert Nivelle (1856-1924): especialista francés de la artillería, brillante pero rígido, logró en 1916 en Verdún recuperar el terreno perdido frente a los alemanes. Fue entonces muy popular y el gobierno lo eligió para remplazar a Joffre en el frente occidental. En mayo de 1917, su obstinada decisión de proseguir la desastrosa ofensiva del Chemin des Dames, con un costo de miles de muertos, provocó amotinamientos en el ejército francés. Depuesto, encarnó la imagen del general “carnicero”, indiferente a la vida de sus soldados. Murió en 1924 en medio de la indiferencia general.

- Philippe Pétain (1856-1951): coronel y a punto de jubilarse en 1914, se encontró en 1915 en plena ofensiva de Champaña, y sobre todo en 1916 en el frente de Verdún, donde logró contener la ofensiva alemana. Con reputación de oficial prudente y atento a la vida de sus hombres, sucedió a Nivelle en 1917 en el frente occidental. Puso fin a las grandes ofensivas mortíferas, en espera de la llegada de refuerzos norteamericanos y de tanques. Sumamente popular entre los excombatientes, fue llamado para dirigir el gobierno tras la derrota militar francesa de junio de 1940, al empezar la Segunda Guerra Mundial, y presidió el régimen colaboracionista con la Alemania nazi instalado en Vichy. Condenado a muerto después de la Liberación de Francia, fue indultado y murió a los 95 años.

- Ferdinand Foch (1851-1929): director de la Escuela de Guerra francesa entre 1907 y 1911, participó en las batallas de Lorena y del Marne. Después de la crisis de 1917, fue nombrado comandante en jefe del ejército francés y luego de todas las fuerzas aliadas, a las que llevó a la victoria de 1918. Al igual que Joffre, no tenía fama de ser un estratega excepcional, pero su competencia le permitió ser entonces el hombre adecuado para la situación. El armisticio de Rethondes es obra suya en gran parte. Encabezó las tropas aliadas en el desfile de la victoria del 14 de julio de 1919.

- Winston Churchill (1874-1965): diputado desde 1900, ocupó varios puestos ministeriales en el gobierno británico. Fue nombrado primer lord del Almirantazgo (ministro de la Marina) en 1911. Desde fines de 1914, dudaba de que fuera posible avanzar en el frente occidental y buscó otros teatros de operación: fue la desastrosa expedición de los Dardanelos (febrero de 1915 – enero de 1916) que fracasó y dejó un saldo de 180.000 muertos en las filas aliadas. Churchill debió dimitir y pidió ser trasladado al frente oeste de Francia. Allí dirigió un batallón, antes de volver a Londres, como secretario de Guerra (1917-1922). Fue primer ministro de 1940 a 1945, y llevó a Gran Bretaña a la victoria en el siguiente gran conflicto, la Segunda Guerra Mundial.

- Horatio H. Kitchener (1850-1916): ministro británico de la Guerra en 1914, célebre por su talento de organizador, logró en poco tiempo organizar un ejército, aumentando las fuerzas británicas de 170.000 soldados en 1914 a 1,3 millones en 1915. Murió en 1916 cuando una mina hizo estallar su barco frente a las costas escocesas.

- Douglas Haig (1861-1928): comandante en jefe de las tropas británicas en el frente francés de 1915 a 1918. Principal responsable del fracaso en 1916 de la batalla del Somme, la más cruenta de la guerra, fue apodado “el carnicero” por los soldados.

- Thomas Edward Lawrence (llamado Lawrence de Arabia) (1888-1935): oficial de enlace británico, arqueólogo, arabista y de carácter aventurero, desempeñó un papel importante (aunque controvertido) en el desencadenamiento en 1916 de la “revuelta árabe” contra el Imperio Otomano. Su acción de guerrilla junto a las tropas beduinas fue inmortalizada en la película “Lawrence de Arabia” dirigida por David Lean en 1962.

- Paul von Hindenburg (1847-1934): uno de los generales alemanes más célebres de la Primera Guerra Mundial, junto con su adjunto Ludendorff. En agosto de 1914 comandaba las fuerzas alemanas en Prusia oriental, donde, después de reveses iniciales, ganó en septiembre la decisiva batalla de Tannenberg contra los rusos. Fue nombrado jefe del estado mayor del ejército dos años después, y lo siguió siendo hasta el fin del conflicto, imponiendo un poder absoluto de las fuerzas armadas en el país. Aunque era monárquico, aconsejó a Guillermo II que abdicara y se exiliara en noviembre de 1918, en vísperas del armisticio. Jefe de Estado después de la guerra, fue quien designó canciller a Hitler en enero de 1933.

- Erich Ludendorff (1865-1937): fue inicialmente jefe del estado mayor de Hindenburg y colaboró con él hasta el fin de la guerra; Lundendorff tenía 17 años menos que su superior, pero se lo considera como la cabeza pensante del dúo, que ejercía una fuerte presión sobre el poder civil del canciller Bethmann-Hollweg, obligado a dimitir en julio de 1917. Partidario de la guerra a ultranza, no previó empero la entrada de Estados Unidos en el conflicto. Tras el hundimiento militar del verano de 1918, abogó por el armisticio y dimitió para dejar a los civiles la responsabilidad de la capitulación.

- Erich von Falkenhayn (1861-1922): general alemán, ministro de la Guerra en 1913, sucedió en 1914, después de la derrota alemana en la batalla del Marne, a Helmuth von Moltke en el puesto de jefe de estado mayor conjunto. Su fracaso en Verdun en 1916 llevó a su dimisión y su remplazo por Hindenburg. Comandó luego tropas en Rumania (1916) y en Palestina (1917-1918).

- John Pershing (1860-1948): jefe del cuerpo expedicionario estadounidense que desembarcó en Francia en junio de 1917. Las tropas norteamericanas, que necesitaban ser entrenadas, combatieron solamente a partir de la primavera boreal de 1918. Bajo el mando del general Pershing, el primer ejército estadounidense libró batalla en Saint-Mihiel y lanzó una ofensiva en el Mosa y en Argonne en septiembre-octubre. Cuando empezaron las negociaciones sobre el armisticio, Pershing era partidario de seguir la guerra hasta la capitulación de Alemania.

- Aleksei Alekseievich Brusilov (1853-1926): considerado uno de los mejores generales rusos, ganó fama a raíz de la gran ofensiva victoriosa rusa de 1916 contra las tropas austro-húngaras en Galitzia. Comandante en jefe de las fuerzas armadas rusas en 1917, se unió a los bolcheviques después de la Revolución de Octubre.