El jefe del estado mayor del Ejército Sirio Libre (ESL), Sélim Idriss, fue destituido este domingo, anunció el Consejo Militar Superior (CMS) que encabeza esta coalición rebelde que combate al régimen sirio.

“El CMS decidió por unanimidad en su reunión del 16 de febrero destituir a Sélim Idriss de su cargo de jefe del estado mayor y nombrar en su lugar al general de brigada Abdel al Ilah al Bachir”, anunció el coronel Qassem Saadeddin en un video difundido en internet, en el que se veía rodeado de otros miembros del Consejo.

El militar invocó “la parálisis en el seno del estado mayor durante los últimos meses”, la necesidad de “restructurarlo” y “las dificultades a las que hace frente la revolución siria” en su combate contra el régimen del presidente Bashar Al Asad.

Una fuente en el seno de la oposición siria confirmó el domingo a la AFP la destitución de Sélim Idriss, asegurando que el principal reproche hecho al general, nombrado en diciembre 2012, es “la mala distribución de las armas” a los rebeldes en el terreno, además de “errores y descuidos en los combates”.

El ESL ha perdido fuerza en los últimos meses ante los islamistas y yihadistas, tras haber sido la principal fuerza armada rebelde apoyada por Occidente.

Considerada como la rebelión “moderada”, se ha debilitado a causa de las divisiones internas y la aparición de yihadistas y otras coaliciones rebeldes, en particular el muy influyente Frente Islámico.

Varias brigadas, ya sea islamistas o de otras inspiraciones, continúan reivindicando el control del ESL, considerada la rebelión de una manera general y no una coalición bien estructurada.

Abdel Ilah al Bachir es el jefe del Consejo militar rebelde para la región de Quneitra, en el sur de Siria. Éste había desertado del ejército regular en 2012.

Su hijo murió en los combates registrados a comienzos de este año, según la página en Facebook del ASL.

De manera concomitante a su pérdida de peso ante islamistas y yihadistas en los últimos meses, en diciembre la coalición recibió su golpe más duro cuando Washington y Londres decidieron suspender sus ayudas no letales, tras la toma de las sedes del ESL y sus depósitos de armas por parte de los islamistas, en las cercanías de la frontera turca.

A comienzos de diciembre, el Frente Islámico anunció que abandonaba el estado mayor del ESL, afirmando que ya no lo representaba, lo que acentuó aún más el desmembramiento de la rebelión.

Este ejército nació tras la represión sangrienta por parte del régimen contra la revuelta pacífica desencadenada en marzo de 2011, lo que empujó a desertores y civiles a tomar las armas.

El régimen de Al Asad afirma por su parte combatir a los que califica como “terroristas” en esta guerra, que ya ha provocado más de 140.000 muertos según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Los grupos rebeldes que siguen integrando el ESL reconocen que este ejército nunca tuvo el apoyo que reclamaba. Los países occidentales rechazan proveer armas a los rebeldes por temor a que caigan en manos de los yihadistas.

Durante el verano (boreal), Estados Unidos anuló un ataque contra el régimen sirio al que acusaba de haber lanzado un ataque con armas químicas cerca de Damasco provocando centenares de muertos, para la frustración de los rebeldes que esperaban un cambio en el equilibrio de las fuerzas.

Desde entonces, los insurgentes han sufrido cada vez más reveses, y el ejército del régimen ha recuperado varios de sus bastiones.