Los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU tuvieron este martes un primer intercambio de puntos de vista informal en torno a un proyecto de resolución sobre la situación humanitaria en Siria al que Rusia se muestra hostil, según fuentes diplomáticas.

Las potencias occidentales y los rusos se han mantenido en su posiciones y las discusiones deben proseguir ahora a nivel de expertos. “Acabamos de comenzar, los expertos van a adentrarse en los detalles del texto”, indicó a la prensa el embajador francés Gérard Araud, a la salida de la reunión.

Las potencias occidentales intentan desde hace varios días convencer a Rusia de adherir el texto, que reclama un mejor acceso humanitario y el “levantamiento inmediato de los sitios” a varias ciudades sirias, entre ellas Homs.

Pero el canciller ruso, Sergueï Lavrov, confirmó este martes que el texto era “absolutamente inaceptable” para Moscú, uno de los principales aliados de Bashar al Asad, lamentando que contenga un “ultimátum” a Damasco.

Araud por su parte precisó que su homólogo ruso Vitali Tchourkine no había rechazado la idea de una resolución, incluso cuando el proyecto “no era aceptable” para él. El texto “puede ser modificado”, añadió, aunque sus partidarios están “decididos a ir hasta el final” si es necesario, es decir, tomar el riesgo de un veto ruso.

“Es un proyecto de resolución moderada, no hay ninguna razón política para oponerse”, se lamentó. “No vemos en qué podría perjudicar a las discusiones de Ginebra II” entre el poder y la oposición siria, continuó.

DISTANCIA DE CHINA

Rusia ha bloqueado ya en tres ocasiones desde el comienzo de la crisis siria resoluciones destinadas a presionar a Damasco. Esta vez, sin embargo, los diplomáticos aseguran que las potencias occidentales apuestan a que será difícil para Moscú bloquear una resolución con fines humanitarios porque China, que se asoció anteriormente a los tres vetos rusos, va a poner distancia.

El proyecto de resolución reclama una acceso libre y seguro a las poblaciones que tienen necesidad de ayuda y especialmente el “levantamiento inmediato de los sitios” a varias ciudades, donde millares de civiles se ven atrapados en medio de los combates.

Esto afecta especialmente a la ciudad de Homs, pero también a Nubl y Zahra en la región de Alepo (norte), el campamento palestino de Yarmouk en Damasco y varias localidades de la Guta (periferia rural de Damasco).

También denuncia los bombardeos aéreos llevados a cabo por el ejército sirio contra civiles por medio de misiles SCUD o “barriles de explosivos”, una táctica utilizada a menudo en Alepo.

Para tratar de complacer a Moscú, el texto contiene también una condena a los “atentados terroristas en aumento” en Siria. Reclama, además, la salida del país de “todos los combatientes extranjeros”, como el Hezbolá libanés, que apoya al régimen.

La resolución no es vinculante y no prevé sanciones automáticas en caso de no respetar el texto. Pero si sus disposiciones no son aplicadas en un plazo de 15 días, el Consejo se reserva la posibilidad de votar posteriormente sanciones individuales y dirigidas contra aquellos que “obstaculicen la ayuda humanitaria” o cometan violencia contra los civiles.