Una comunidad ubicada a unos 100 km al sureste de Melbourne estaba muy conmocionada, este jueves, después de que un hombre matara a su hijo de 11 años tras una sesión de entrenamiento de cricket, y posteriormente fuera abatido por la policía ante transeúntes, incluidos niños.

El niño, identificado como Luke Batty, fue golpeado fatalmente en la cabeza por su padre instantes después de haber terminado el entrenamiento con su equipo juvenil de cricket, la noche del miércoles.

Este infanticidio tuvo lugar en un campo de juego de Tyabb, una pequeña comunidad de unas 3.330 personas, en la península de Mornington, a unos 100 kilómetros al sureste de Melbourne.

El chico murió en el lugar y, posteriormente, la policía dio con el padre, de 54 años de edad, quien estaba armado con un cuchillo.

Los agentes trataron de reducirlo con un aerosol pero, al no poder lograrlo le dispararon en el pecho.

El hombre fue trasladado en helicóptero a un hospital, pero murió en la madrugada del jueves. La madre, por completo traumatizada, presenció los hechos en el campo de juego de cricket.

Los móviles del crimen no han sido aún aclarados, pero se sabe que los padres estaban separados y ambos pretendían la custodia del niño.