Durante la mañana de este viernes, pescadores artesanales y algueras de Coronel se manifestaron en rechazo a la reapertura de la termoeléctrica Bocamina I, tomándose los accesos al complejo industrial de Endesa, impidiendo el ingreso al lugar.

Según explicó en Expreso Bío Bío la dirigenta de las algueras, Marisol Ortega, la medida se inició en vista de todo lo que se está haciendo para permitir que la planta funcione, asegurando que mientras Bocamina I estuvo cerrada, pudieron trabajar sin mayores problemas, sin embargo, cuando volvió a funcionar, el pescado desapareció del borde costero.

“El agua salía caliente de los ductos, iban a una temperatura demasiado elevada, con hipoclorito y con todos los contaminantes que hay en el mar ahora”, indicó Ortega, agregando que incluso el pescado salía “cocido”.

“Cuando cerró la planta se podía trabajar. ¿Qué pasa el resto del año si arruinan nuestra fuente laboral?”, sentenció, argumentando que son 117 las personas que trabajan recogiendo luga y otras algas, de las cuales depende una familia.

“Yo creo que el Gobierno como nos quitó un trabajo tiene que devolvernos uno similar”, agregó, diciendo que si bien había un bono de 75 mil pesos para esas familia, con eso no alcanza para pagar los gastos básicos.

“Endesa está provocando un desastre tremendo en lo que es la materia prima del trabajo”, afirmó, recalcando que el daño a la salud de las personas que viven en las cercanías de Bocamina I se ha ido deteriorando, apareciendo pacientes con cáncer, bronquitis, cefaleas y dolor en los oídos.

“No puede ser que unos empresarios que ni siquiera son chilenos vengan de la noche a la mañana a quitarnos nuestro alimento”, finalizó, puntualizando en que “Chile tiene una ley de medio ambiente demasiado débil, que no le sirve a las personas sino que a los puros empresarios”.

Escucha a continuación la entrevista completa a la dirigenta de las algueras de Coronel, Marisol Ortega, realizada por María José Soto: