La decisión de Suiza de limitar el número de inmigrantes preocupa a los dirigentes de la Unión Europea (UE), que se enfrentan a un auge de los movimientos nacionalistas y anti inmigración con las elecciones europeas de mayo en el horizonte.

Los resultados del referéndum sorprendieron a las instituciones europeas, que descartaron el viernes la victoria del ‘sí’. Tras conocerse el resultado, la Comisión Europea “lamentó” de inmediato en un breve comunicado la decisión de introducir cupos de inmigración.

Numerosos responsables europeos expresaron también su consternación por la decisión de los electores suizos. Para el Gobierno alemán, el resultado del referéndum trae consigo “problemas considerables”.

“La libertad de circulación es para nosotros un bien de gran valor”, declaró Steffen Seibert, portavoz de la jefa de Gobierno alemán, Angela Merkel.

El ‘sí’ suizo reconforta a los partidos euroescépticos, quienes aplaudieron el resultado del referéndum a 100 días de las elecciones europeas.

El Frente Nacional, que los sondeos sitúan en cabeza en los comicios europeos en Francia, o el partido euroescéptico británico Ukip, que apuesta por una salida de la UE y una reducción drástica de la inmigración, aplaudieron esta “maravillosa noticia”.

“Lo que los suizos pueden hacer, también podemos hacerlo”, advirtió por su parte el líder del PVV (extrema derecha), Geert Wilders, cuyo partido podría ganar las elecciones europeas en Holanda.

La oposición a la libre circulación, uno de los principios fundacionales de la UE, no nace con el referéndum suizo. “En el seno de los 28, un creciente número de electores comparte este mismo rechazo, basado en los mismos miedos”, señaló Jean Yves Camus, investigador especialista en populismos en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicos, con sede en París.

Antes de una reunión en Bruselas con sus homólogos europeos, el ministro luxemburgués de Exteriores, Jean Asselborn, estimó, preguntado por una radio suiza, que la política del Gobierno británico respecto a las prestaciones sociales para los trabajadores del Este de Europa y el discurso de los partidos de extrema derecha pudieron influir de manera negativa en el debate suizo.

En Reino Unido, la inmigración se ha convertido en un asunto principal del debate político de cara a las elecciones europeas de mayo y las legislativas previstas para 2015. El gobierno del conservador David Cameron acelera la puesta en marcha de nuevas restricciones a la inmigración europea.

A partir de abril, Reino Unido no otorgara más ayudas a la vivienda para los inmigrantes desempleados provenientes de otros países de la UE. El portavoz de Cameron dijo este lunes que el resultado suizo refleja “una creciente inquietud sobre el impacto que puede tener la libertad de circulación” dentro de la UE. Un 77% de los británicos apoyan una bajada de la inmigración, según el estudio anual del instituto NatCen, publicado en enero.

La cuestión de la inmigración se impone también como tema de debate de los comicios europeos en Holanda, Austria e incluso Finlandia. Para el eurodiputado ecologista Daniel Cohn-Bendit, “si hubiéramos organizado en Francia un referéndum como el de Suiza, habría sido peor: un 60% a favor del sí”.

El ex primer ministro francés bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy François Fillon consideró este lunes “perfectamente natural”, que Suiza quiera reducir el número de extranjeros en su territorio en función de su capacidad para integrarlos. Según él, la UE o Francia deberían retomar este modelo.

Este tipo de restricciones no forma parte de nuestra política”, respondió la portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde-Hansen, insistiendo que “defendemos la libre circulación de las personas. Es un valor sagrado para la UE”.