A presiones de Endesa atribuyó el senador Alejandro Navarro la resolución de la Superintendencia del Medio Ambiente que permitió el reinicio de operaciones de Bocamina I, luego de constatar la implementación de medidas que impidan nuevos eventos de succión masiva de recursos hidrobiológicos desde el mar.

Luego que la Superintendencia del Medio Ambiente confirmara que había sido dejada sin efecto la paralización de Bocamina I, las reacciones no se hicieron esperar.

Desde el grupo de quienes han estado detrás de las acciones que han llevado a la apertura de investigaciones administrativas y judiciales contra Endesa y su termoeléctrica, se lamentó la decisión.

El senador Alejandro Navarro presume fueron presiones de la generadora sobre la Superintendencia y el Ministerio de Energía, las que permitieron levantar la clausura.

Entre los argumentos de la Superintendencia del Medio Ambiente para autorizar la operación de Bocamina I, y por lo tanto la reanudación de la entrega de 140 megawatts al SIC, están el cambio del filtro para impedir el ingreso de recursos marinos a la termoeléctrica, así como el mejoramiento de la cortina de burbujas que mantiene alejados a los peces del ducto de succión.

Para Luis Villablanca, presidente de uno de los sindicatos de pescadores artesanales de la caleta Lo Rojas, la malla instalada en calidad de plan piloto no es suficiente para mitigar el daño.

La situación antes descrita, así como otras que se desprendan del estudio de la polémica resolución de la Superintendencia, podría llevar al diputado electo Marcelo Chávez a iniciar acciones legales para reponer el cese de operaciones de la termoeléctrica de Endesa.

La Superintendencia del Medio Ambiente realizó una visita inspectiva a la central termoeléctrica el miércoles pasado, tras lo cual fue dictado el levantamiento de la clausura. La medida podría dictarse nuevamente, advierte el organismo, si se producen succiones masivas de recursos hidrobiológicos como las ocurridas en las últimas semanas.