El gobierno argentino acusó de “soberbios y prepotentes” a senadores de Estados Unidos que advirtieron de la “orientación antidemocrática” de Buenos Aires y la “alta probabilidad” de un colapso financiero en ese país.

Las dudas sobre Argentina y su relación con Estados Unidos fueron expuestas el jueves durante un interrogatorio de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado al nominado por el presidente Barack Obama para el cargo de embajador en Buenos Aires, Noah Mamet.

“No puede un legislador de Estados Unidos, por más que sea la primera potencia mundial, actuar con la soberbia y prepotencia que lo hace”, declaró el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en una rueda de prensa en Casa Rosada.

El coordinador de ministros de la presidenta Cristina Kirchner afirmó que respondería a “algunas cuestiones que ningún argentino puede dejar pasar”, aunque estimó que se trataron de dichos de dos senadores que “no pueden expresar la posición del gobierno de Estados Unidos”.

El influyente aspirante a la candidatura presidencial por los republicanos, Marco Rubio, señaló que “hay una tendencia en América Latina de personas que son elegidas pero luego no gobiernan democráticamente. Y Argentina es un ejemplo de eso”.

“La orientación antidemocrática que está tomando Argentina me recuerda mucho más a Ecuador, Bolivia y Venezuela que a México, Chile, Perú o Colombia. Esos son aliados y pienso que el gobierno argentino necesita decidir su posición hacia Estados Unidos” afirmó el senador.

Rubio advirtió que “parece que se dirigen a otro default”, en alusión a la crisis económica de 2001, la peor registrada en la historia argentina. “Anticipo sinceramente que hay una alta probabilidad de tener otro colapso similar en Argentina al que se vio económicamente hace sólo una década”, agregó.

De su lado, el demócrata Bob Menéndez respaldó a los holdouts, llamados en Buenos Aires ‘fondos buitres’.

“Tenemos negocios allá, pero tenemos accionistas a quienes no se les paga y una deuda con Estados Unidos con la que siguen jugando, diciendo que van a renegociar y nunca llegan a renegociar”, dijo.

Capitanich atribuyó las críticas a “la usina permanente de los grupos de poder en el ámbito del Congreso de Estados Unidos que defienden los ‘fondos buitres’, que propugnan medidas de intervención en los países, de manera unilateral, vulnerando el principio de autodeterminación de los pueblos”.

Cabe destacar que el actual gobierno asumió con una deuda ‘defaulteada’ y ha tenido pagos por casi 178.000 millones de dólares y sólo el 7% de los acreedores no ha adherido al canje.

Por otra parte, Argentina refinanció entre 2005 y 2010 el 93% de la deuda declarada en default en 2001, que ascendía a 100.000 millones de dólares, mientras que 7% de los bonistas rechazaron adherir al canje, algunos de los cuales litigan contra el país en la Justicia.

El canciller Héctor Timerman desestimó también las críticas de los dos senadores al advertir que “no se puede decir que es la representatividad del Congreso de Estados Unidos”.