Tanto la ONU como Francia condenaron el linchamiento público llevado a cabo por soldados de la República Centroafricana, a un supuesto ex rebelde musulmán del grupo Seleka.

Sobre el hecho, el enviado especial de la ONU a la República Centroafricana, el general Babacar Gaye, también ha pedido “una sanción que sirva como ejemplo” para los responsables del linchamiento.

En tanto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del Francia, Romain Nadal, declaró a la AFP que su país “condena los atroces actos que siguieron a la reunión de las fuerzas armadas de la República Centroafricana”, añadiendo que Paris “sostiene la decisión de la presidenta Catherine Samba Panza de poner en marcha una investigación para que los autores del ataque sean identificados y respondan de sus actos frente a la Justicia”.

Por otra parte, el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, que viajará a Bangui el próximo miércoles como parte de una gira en África Central, ha comunicado a la ONU que “verosímilmente” sea necesario renovar el mandato de las tropas francesas en la RCA, que caducará en mayo, debido a la que sigue sacudiendo al país.

Recordemos que el pasado miércoles, un grupo de soldados de la República Centroafricana lincharon públicamente a un presunto exrebelde en Bangui, la capital del país.

El ataque, ampliamente documentado con una cámara, ocurrió unos instantes después de que la nueva presidenta interina, Catalina Samba Panza, hablara de su orgullo al ver la reconstitución de las fuerzas armadas del país y su nueva contribución a la seguridad nacional.

Inmediatamente después del final de la ceremonia, a la que asistieron funcionarios del ejército y del Gobierno, soldados uniformados atacaron a un joven vestido de civil, le golpearon a la cabeza, le apuñalaron y le arrojaron piedras, según han declarado unos testigos y unos periodistas de AFP. Se han oído gritos como “es un Seleka (ex rebelde)” y “se ha infiltrado” y a los oficiales se ha unido rápidamente una multitud furiosa.

Las tropas de la misión MISCA, dirigida por la Unión Africana y que había proporcionado la seguridad en la ceremonia, observaban el linchamiento sin intervenir. Unos testigos han aseverado que el cuerpo fue desmembrado y quemado antes de que las tropas MISCA finalmente dispersasen a la multitud con gases lacrimógenos y disparos al aire.

El incidente subraya la actual situación de caos en el país, desde cuando la alianza rebelde Seleka, formada principalmente por musulmanes, se hizo con el poder en marzo pasado y lanzó una campaña de asesinatos, violaciones y saqueos contra la mayoría cristiana. El malestar desató una ola de violencia interreligiosa por la que ha huido del país alrededor de un millón de personas y que ha provacado la muerte de miles de personas.

Antes de que se produjera la agresión, la presidenta Samba Panza había asegurado a los alrededor de 4.000 dignatarios y militares reunidos en la Escuela Nacional de la Magistratura que hay conversaciones en marcha con sus socios internacionales para resolver la situación relativa a sus salarios, sin pagar durante cinco meses, y conseguir que el equipo que necesitan “para cumplir su misión de mantener la seguridad en Bangui y el resto territorio nacional” .