Cuestionamientos en el Poder Judicial ha generado el accionar del juez de Iquique, Vicente Muratori, quien rebajó a una “falta” la detención de un magistrado que fue sorprendido conduciendo bajo la influencia del alcohol.

Se trata de Carlos Cosma, del Tribunal Oral de Iquique, quien fue detenido manejando con hálito alcohólico en marzo de 2011. Tras ello, tuvo un juicio abreviado en diciembre pasado que lo dejó con una multa de 2 UTM (cerca de $82 mil), y no la pena de 61 días solicitada por el Ministerio Público.

Cosma, que en alcoholemia del Servicio Médico Legal registró 1,9 gramos por litro de alcohol en la sangre, logró mantener así su cargo, ya que de haberse declarado el delito, tendría que haber sido expulsado de la Justicia, según establece el Código Orgánico de Tribunales.

En el fallo de Muratori, se citó la revisión que hizo el médico de turno del Hospital de Iquique, quien le practicó un examen físico a Cosma para evaluar su motricidad. Allí se estableció que había “0,0 gramos de alcohol” por cada litro de sangre, contrario a lo declarado por el funcionario policial y un acompañante del juez, que reconoció que habían bebido.

Así entonces, se resolvió una “duda razonable” ante las pruebas que no fueron concluyentes para el juez del tribunal nortino.

Suprema evalúa expulsión

Una vez conocido los antecedentes expuestos por El Mercurio, el presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, propuso evaluar la remoción del juez Carlos Cosma, invocando el artículo 80 de la Constitución, en su inciso tercero, que sostiene que la Corte Suprema “de oficio, podrá declarar que los jueces no han tenido buen comportamiento y, previo informe del inculpado y de la Corte de Apelaciones respectiva acordar su remoción”.

Según informó el matutino, de acordarse la remoción del magistrado, se debe dar aviso al Presidente de la República para hacer efectiva la decisión.