Millones de usuarios del metro londinense vieron perturbado este miércoles su viaje al trabajo o a la escuela por una huelga de 48 horas contra el plan de despedir a casi mil trabajadores.

La huelga de 48 horas, que empezó el martes por la noche y se prolongará hasta el viernes por la mañana, provocó el cierre total de tres líneas mientras las ocho restantes funcionaban parcialmente, con muchas estaciones cerradas por falta de personal para atenderlas.

Las calles de Londres aparecían mucho más concurridas y se veía a los londinenses con más calzado deportivo que nunca. El tráfico era intenso y las bicicletas más numerosas. Eso sí, no llovía, como es costumbre.

El metro de Londres se inauguró en 1863 -es el más viejo del mundo- y transporta cada día a 3 millones de viajeros.

Los sindicatos que convocaron el paro -RMT y TSSA- planean repetirlo la semana que viene. Protestan contra el cierre de las taquillas de las 278 estaciones del metro -el servicio de venta será totalmente automático- y el despedido de unos 950 empleados.

Los sindicatos avisan de que muchas estaciones se convertirán “estaciones fantasma” y que el servicio se resentirá por la falta de atención humana.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, miembro del Partido Conservador del primer ministro David Cameron, dijo que la huelga era “inútil” y que las reformas son “esenciales” porque se ahorrarán millones de libras para reinvertirlas en el transporte.

“Es lamentable que una pequeña minoría de sindicalistas hayan tratado de perturbar la vida de millones de londinenses”, afirmó.