El compositor de música clásica japonés Mamoru Samuragochi, sordo desde los 35 años, pidió disculpas este miércoles al confesar que no era el autor de las obras que le hicieron famoso.

Samuragochi, apodado el “Beethoven japonés”, confesó a través de su abogado haber contratado a un “negro” para escribir sus principales composiciones.

“Empecé a utilizar a alguien para que compusiera por mí hacia 1996, cuando me encargaron la banda sonora de una película por primera vez. Esta persona me ayudó en más de la mitad de la banda original”, destacó el músico, cuya sordera entonces no era total pero se agravaba.

Pese a quedarse completamente sordo a los 35 años, Samuragochi continuó componiendo obras, especialmente, la “Sinfonía Nº1, Hiroshima”, en homenaje a las víctimas de la bomba nuclear que arrasó esta ciudad del oeste de Japón en 1945.

En un documental emitido en marzo de 2013 por la televisión pública NHK, titulado la “Melodía del alma”, se veía a Samuragochi componer un réquiem para una niña, cuya madre murió en la catástrofe del sismo y el tsunami del 11 de marzo de 2011.

Este miércoles un presentador de la cadena pública pidió disculpas al público en nombre de la NHK por “no haber descubierto, pese a nuestras verificaciones, que no era el autor de sus obras”.

La discográfica de Samuragochi, Nippon Columbia, expresó también su “estupefacción y su cólera” por el caso. El representante japonés de patinaje artístico en los Juegos Olímpicos de Sochi, Daisuke Takahashi, tenía previsto participar con una obra del “Beethoven japonés”.

http://youtu.be/p6ffWlF9NBo