Justo en el día que se conoció la declinación al cargo de Claudia Peirano para liderar la Subsecretaría de Educación del próximo gobierno, este martes se reveló además cómo ésta se beneficiaba de fondos públicos mediante su empresa de Asistencia Técnico Educativa (ATE), “Grupo Educativo”.

Si bien era conocido el antecedente, que hizo caer sobre ella una fuerte crítica por sus vínculos con el lucro en la educación, Ciper detalló cómo la misma era parte de otra ATE, en la que también obtenía ingresos de la Subvención Escolar Preferencial (SEP).

Se trata de Innovación Tres, sociedad perteneciente a Walter Oliva, ex marido de Peirano, en donde ella asesoraba y prestaba servicios a sus propios colegios mediante uso de la SEP.

Lo anterior se logró gracias a una falencia en la ley de la Subvención Escolar Preferencial, que permite que sostenedores de colegios creen sus propias ATE y posteriormente se autoasesoren, generando un círculo de ganancia con uso de dineros fiscales.

Ya en 2010, recuerda el Centro de Investigación Periodística, Innovación Tres era cuestionado por la forma de usar los recursos del Estado, en donde se notaba que entre 2009 y 2010 sólo realizó asesorías a establecimientos de Oliva, que representaron el uso de $165 millones.

Consultado sobre el doble vínculo, Walter Oliva aseguró a La Tercera que “en la medida que tengamos un trabajo transparente y honesto hacia los alumnos y profesores, no veo preocupación”.

Fue justamente a fines del 2012 cuando tras el escándalo, Peirano y Oliva se separan, manteniendo aún el vínculo entre sus empresas.