La justicia israelí reclamó al ministerio de Defensa que justifique el trazado de la barrera de seguridad en Cisjordania, que amenaza a dos sitios palestinos emblemáticos.

La Corte Suprema de Israel dio plazo al ministerio hasta el 27 de febrero para que justifique su decisión de hacer pasar la barrera, que los palestinos han bautizado “muro del apartheid”, por las tierras del pueblo de Battir, al suroeste de Jerusalén.

Battir cuenta con terrazas agrícolas de la época romana, las cuales, se considera, tienen serias posibilidades de que la Unesco las declare Patrimonio de la Humanidad.

El recurso ante la Corte Suprema, presentado por la ONG Amigos de la Tierra/Medio Oriente, cuenta con el apoyo de la Autoridad israelí de reservas y parques naturales, que considera necesario defender el sitio y el medio ambiente. Este apoyo es poco común, ya que esta instancia está dirigida por partidarios de la colonización de los territorios ocupados por el Estado de Israel en 1967.

La Corte Suprema de Israel tomó una decisión similar sobre el trazado de la barrera de seguridad israelí en el pintoresco valle de Cremisán, en Cisjordania. La Corte dio plazo al ministerio hasta el 10 de abril para justificar dicho trazado y una audiencia al respecto está prevista el 30 de julio.

El valle de Cremisán es célebre por su viñedo -que produce el vino de misa de Tierra Santa- y su comunidad monástica salesiana.

Dos tercios de la barrera de seguridad, que el Estado de Israel prevé tenga 712 kilómetros de largo en el futuro, ya se han construido. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró ilegal la barrera en 2004 y exigió su desmantelamiento, al igual que la Asamblea General de la ONU.

En numerosos lugares este muro fue construido en el interior de las tierras palestinas, dejando amplios territorios aislados del resto de Cisjordania y haciendo muy problemática la creación de un Estado palestino viable.