La heroína, el viejo terror de Nueva York que devastó la ciudad en los años ’70 y ’80 y ayudó a propagar el sida, ha vuelto a los primeros planos con la trágica muerte del actor Philip Seymour Hoffman por presunta sobredosis.

El cuerpo de la estrella de Hollywood fue hallado el domingo en su departamento de Manhattan con una jeringa en el brazo y varios sobres que contenían supuestamente la droga conocida como “caballo” y que genera gran dependencia, según fuentes policiales.

Sólo la autopsia, que se inició este lunes, revelará la verdadera causa de la muerte del actor de 46 años. Pero mientras tanto, la heroína, un tabú por su devastador efecto, es nuevamente objeto de atención.

Hoffman confesó que cuando era joven había probado todo tipo de drogas y hace un año había recaído en su adicción, lo que lo llevó en mayo de 2013 a pasar diez días en un centro de desintoxicación.

Según el canal CNN, la policía halló 50 sobres de heroína en su apartamento durante un registro más minucioso.

En Nueva York, la ciudad de los pecados, las drogas están por todas partes y ya a mediados de los ’60 el recientemente fallecido Lou Reed registró con The Velvet Underground una canción llamada simplemente “Heroína”, donde rendía homenaje a la sustancia que lo hacía sentirse “como el hijo de Jesús”.

El consumo de este polvo blanco semisintético, derivado de la morfina y producido a partir del opio extraído de la adormidera, se fue expandiendo en la década de los ’70, cuando el Departamento de Salud de Nueva York registraba unas 650 muertes anuales vinculadas con esa droga.

En los ’80 había unos 200.000 adictos a la heroína en Nueva York, sobre un total de 500.000 en Estados Unidos.

Debido al uso compartido de jeringas, esa población fue particularmente vulnerable a la epidemia de sida que azotó a la ciudad desde principios de esa década.

Cada vez más heroína desde México

El galopante aumento en el consumo de cocaína a partir de la década de los ’80 y el uso relativamente raro de la heroína la hicieron pasar a un segundo plano en los años siguientes.

Sin embargo, desde hace un tiempo las autoridades y la prensa han comenzado a alertar sobre un incremento del consumo de “caballo”.

Un informe de la Administración para el Control de Drogas (DEA) del año pasado alertó que “la disponibilidad de heroína continuó aumentando en 2012″ en Estados Unidos, debido a una mayor producción en México y la expansión de la actividad de traficantes de ese país.

Ese mismo estudio agrega que se observa un incremento del uso de heroína en chicos cada vez más jóvenes y el número de nuevos consumidores de esa droga “pasó de 142.000 en 2010 a 178.000 in 2011″.

La policía también multiplica la confiscación de esta droga. La más reciente de ellas, la semana pasada, concluyó con la incautación de 13 kilos de heroína por valor de 8 millones de dólares en un lugar de procesamiento en el Bronx (norte).

Los sobres para entregar la droga tenían estampados nombres como “NFL” (Liga Nacional de Football, en referencia al Superbowl disputado el domingo en Nueva York), “iPhone” o “Cierre del gobierno”, una práctica común en el mundillo de la heroína.

Entre los sobres hallados en casa de Hoffman los había con el nombre “As de Espadas” y “As de corazones”, según la policía, que investiga para dar con el ‘dealer’ del actor.

Esa indicación es importante porque permite detectar el origen de la heroína, que muchas veces es mezclada con otras sustancias en un cóctel que puede ser mortal.

Los neoyorquinos de entre 45 y 54 años, justamente la franja etaria de Hoffman, tienen la tasa más alta de muerte por envenenamiento con heroína, de acuerdo con el Departamento de Salud de Nueva York.

De manera irónica, Hoffman había interpretado en 2007 a un adicto que mata a su ‘dealer’ de heroína en la película de Sidney Lumet “Antes que el diablo sepa que has muerto” (“Before the Devil Knows You’re Dead”).

Según el Instituto Nacional de Abuso de las Drogas, 4,2 millones de estadounidenses probaron heroína al menos una vez en su vida. Se estima que el 23% de los individuos que consumen heroína se convierten en dependientes.

La ONG Drug Alliance Policy señala que de las 115.000 personas en Estados Unidos que reciben metadona (una droga para paliar la adicción al “caballo”), 40.000 viven en la Gran Manzana.