Aviones militares comenzaron este lunes a evacuar a personas varadas en el poblado amazónico de Rurrenabaque, el más golpeado en Bolivia por fuentes aguaceros que dejaron en las últimas semanas en todo el país un total de 35.700 familias damnificadas y 44 fallecidos, informó una fuente oficial.

“Transporte Aéreo Militar habilitó a partir de hoy (lunes) vuelos solidarios para transportar a las personas que quedaron varadas en la población de Rurrenabaque”, señaló el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, quien supervisa en el noroeste del país y en otros poblados la ayuda estatal.

El general de Ejército Luis Fernando Aramayo informó por separado en La Paz a la agencia de noticias ABI que “más de 22 naves están apoyando al traslado de los diferentes alimentos, vituallas para atender a las diferentes emergencias”.

Rurrenabaque, un poblado de unos 36.000 habitantes con fuerte vocación turística, sufrió de golpe el más fuerte impacto por las lluvias, pues un alud dejó 10 muertos hace más de una semana, y más de 2.000 familias afectadas.

En escuelas e iglesias se han refugiado decenas de indígenas pobres que lo han perdido todo por el desborde de ríos. Amas de casa preparan en ollas comunes la comida que les provee la alcaldía y el gobierno central.

Incluso algunos hombres salen al monte en la noche a cazar animales silvestres, para aumentar la ración de los afectados, informó a la AFP una ama de casa.

El ministro Saavedra, al realizar un balance de los desastres, comunicó “un último reporte de 35.732 familias damnificadas en los nueve departamentos, y en total son 103 municipios (de un total de 339) que han sufrido las consecuencias de las inundaciones por ríos y lluvias”.

El gobierno aún mantiene la cifra de 44 fallecidos, aunque los medios de prensa van reportando en casi todo el país que hay más muertos. Además, más de 8.000 hectáreas de cultivos de alimentos se han perdido.

El Poder Ejecutivo decretó hace una semana emergencia nacional y moviliza personal civil, de socorro y militares para atender las zonas afectadas.

La temporada de lluvias suele comenzar en septiembre y terminar en febrero, aunque el servicio de Meteorología anunció que los aguaceros podrían prolongarse hasta marzo.