La primera ronda de la conferencia sobre Siria culminó el viernes en Ginebra sin que el gobierno y la oposición llegaran a ningún tipo de acuerdo ni se concretaran las medidas de confianza pedidas por el mediador Lakhdar Brahimi.

Desde el 22 de enero y durante el lapso de las negociaciones, los combates y bombardeos provocaron en el terreno la muerte de 1.900 personas más, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

El viernes la delegación del gobierno sirio lanzó un mensaje de intransigencia, mientras que la oposición recalcó que el régimen estaba obligado a negociar debido a la lucha del pueblo sirio.

“Ni en esta ronda, ni en la próxima, ellos (los adversarios del régimen) lograrán concesión alguna (…) No conseguirán a través de la política lo que no han obtenido por la fuerza”, dijo el ministro sirio de Información, Omrane al Zohbi, ante unos 250 partidarios del régimen que se manifestaban ante la sede de la ONU en Ginebra.

Por su parte, el portavoz de la delegación de la oposición en la conferencia de paz Ginebra II, Luai Safi, afirmó que el régimen se ve “obligado a negociar” con la oposición gracias a la acción de los rebeldes.

“El hecho de que el régimen se vea obligado a venir a Ginebra es el resultado del combate del pueblo sirio”, dijo.

Durante la pausa de las negociaciones, que se reanudarán el 10 de febrero, el jefe de la Coalición de la Oposición Siria, Ahmad Jarba, viajará a Moscú el 4 de febrero, en su primera visita oficial a este aliado del régimen sirio, informó la oposición, que también anunció su presencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich de esta semana.

Tras las advertencias de Estados Unidos y Francia, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) consideró que el ritmo de evacuación de las armas químicas del territorio sirio debía acelerarse.

“La necesidad de acelerar el ritmo de este proceso es evidente”, sostuvo el director general de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, durante una reunión el jueves del Consejo ejecutivo de este organismo, citado en un comunicado el viernes.

De momento, solo han sido evacuados de Siria menos del 5% de las armas más peligrosas, en dos cargamentos, el 7 y el 27 de enero, para ser destruidos en alta mar.

Llegado el momento de hacer balance de esta primera ronda de negociaciones, el primer resultado tangible es que las dos partes beligerantes se hayan sentado ante una misma mesa y hayan hablado primera vez tras casi tres años de guerra.

La oposición se apega a la declaración que las grandes potencias adoptaron en junio de 2012 en Ginebra I, que prevé el establecimiento de una “autoridad gubernamental con plenos poderes”, lo que supone una dimisión de Bashar al Asad.

“Sin un claro consenso internacional para presionar al régimen de Al Asad, incluyendo a los rusos, y si es necesario el establecimiento de una coalición para aplicar esta presión, no vamos a ver muchos cambios por parte del régimen”, declaró a la AFP Salman Shaij, director del Brookings Institute de Doha.

Ninguna de las “medidas de confianza” que solicitaba el mediador Lakhdar Brahimi en el terreno humanitario ha sido alcanzada, ni siquiera la entrada de abastecimiento en la ciudad de Homs o, como propuso el régimen, la evacuación de las mujeres y los niños.