La ministra de Interior británica, Theresa May, quiere quitar la nacionalidad a los ciudadanos naturalizados sospechosos de delitos de terrorismo, en una enmienda al proyecto de ley de inmigración que será discutido el jueves.

Según la propuesta que se debatirá en el parlamento, se les retirará el pasaporte a aquellos británicos naturalizados cuya conducta sea “seriamente perjudicial para los intereses vitales del Reino Unido”.

La ministra de Interior ya cuenta con la potestad de quitar la ciudadanía británica a quienes tienen doble nacionalidad.

Pero en este caso, se le podría retirar a aquellos que se convirtieron un día en británicos y que sólo cuentan con esa nacionalidad, lo que les dejaría como apátridas.

“Los que amenazan la seguridad de este país nos ponen en riesgo a todos. El gobierno tomará todas las medidas necesarias para proteger al público”, alegó el secretario de Estado de Inmigración, Mark Harper.

“La ciudadanía es un privilegio, no un derecho”, sentenció Harper.

La enmienda dejaría en manos de los ministros, y no los jueces, la decisión de deportar a delincuentes convictos extranjeros.

El proyecto de ley de inmigración fue presentado al parlamento en octubre de 2013 y está dando sus primeros pasos hacia la aprobación (todavía debe superar dos etapas en la cámara baja antes de someterse a cinco en la cámara de los Lores y volver de nuevo a los diputados para una última consideración de las enmiendas).