China fustigó este miércoles al primer ministro japonés, Shinzo Abe, por visitar el santuario Yasukuni, un lugar repudiado por Pekín, y advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que tales acciones ponen en peligro la paz.

Los intentos por cambiar la historia “desestabilizan la paz regional y significan un serio obstáculo al curso pacífico de la humanidad”, dijo el embajador chino ante la ONU, Liu Jieyi, durante una reunión del Consejo de Seguridad en Nueva York.

Abe visitó a fines de diciembre el santuario sintoísta Yasukuni, en el centro de Tokio, donde se rinde homenaje a los 2,5 millones de japoneses caídos en diferentes conflictos bélicos, entre ellos catorce criminales de guerra juzgados en 1945 por los aliados.

China y Corea del Sur ven en este templo un símbolo de las atrocidades sufridas en la primera mitad del siglo XX bajo la ocupación del ejército imperial nipón, por lo que criticaron con dureza la visita de Abe.

Abe “rindió homenaje a aquellos que lanzaron una guerra de agresión y se mancharon con la sangre de los pueblos en los países que invadieron”, dijo el diplomático chino.

Estados Unidos también criticó la visita de Abe e incluso intentó convencerlo de que no lo hiciera, según la prensa japonesa.

Las tensiones entre China y Japón han ido en aumento en el último año por un conflicto territorial por unas islas en el Mar de la China oriental.