Ex detective que investigó el caso de la muerte del soldado conscripto Pedro Soto Tapia en la década del 90′ en San Felipe, asegura tener nuevos antecedentes que plasmará en el Libro “Entre Placas y Bayonetas” con el que busca reabrir el caso que fue cerrado y caratulado como suicidio.

Mientras hoy se inician los peritajes al cuerpo de Jorge Matute Johns, hay un caso que en la región de Valparaíso aun para muchas personas mantiene un manto de dudas respecto incluso al fallo final de la investigación.

En Diciembre de 1996 la ciudad de San Felipe se vio conmocionada con la desaparición del joven soldado conscripto del regimiento Yungay, Pedro Soto Tapia, que tras meses de investigación -finalmente el 15 de marzo de 1997-, fueron encontrados restos humanos en una gruta del cerro La Virgen de la ciudad. Posteriormente se estableció que correspondían al joven desaparecido

A partir de ahí, y cuando todo apuntaba a dar tranquilidad a la familia, comenzó a generarse una serie de acontecimientos que mas que aclarar el caso, sembraron un manto de duda en torno a la causa del fallecimiento.

Según las pericias oficiales, y tras largos años de investigación, la justicia determinó que la causa de muerte fue un suicidio. Sin embargo, para las personas que estuvieron de alguna u otra manera ligadas al caso, era imposible que Soto Tapia se suicidara, sobre todo porque el cuerpo apareció, desmembrado, solo con algunas partes y tras peritajes que no fueron considerados en la investigación, sus huesos habían sido fracturados por torción y posteriormente raspados con un elemento filoso

Así lo recuerda Edgardo Molina, ex detective que participó en las primeras diligencias, quien en conversación exclusiva con La Radio, asegura que las inconsistencias en la investigación partieron desde el primer día del hallazgo de las osamentas, donde se cometieron varios errores graves de procedimientos. Por ejemplo no se realizó fijación del sitio del suceso, ni planimétrica ni fotográfica, y es más, se levantó la evidencia sin mayor control o custodia y se trasladaron al cuartel policial.

Eso dice Molina, esta incluido en el proceso, pero al parecer fue desestimado, así como tampoco se consideraron los antecedentes que entregó una perito del Servicio medico Legal ni el Labocar de Carabineros, por razones que aún son desconocidas.

Edgard Molina, fue desvinculado de la Institución, pero reconoce que llevó una investigación paralela extraoficial, y con los mismos antecedentes que obran en el proceso, desarrollo una hipótesis distinta. En una campaña del regimiento, el Soldado Soto Tapia habría sido victima de agresiones sodomiticas y para asegurar su silencio, fue asesinado por integrantes del Ejército.

La historia y todos los antecedentes de esa “investigación secundaria”, están plasmados en un libro que espera publicar. Se titularía “Entre Placas y Bayonetas”, escrito que está listo y sólo en espera de alguna editorial que se interese en imprimir, esto con el objeto -dice Molina- de que se pueda reabrir el caso y se llegue a la verdad, la que según el se ha mantenido oculta todos estos años.

Otro de los que estuvo muy cercano a la investigación fue el entonces diputado Nelson Ávila, quien califica el caso como grotesco, asegurando que círculos de poder lograron desviar la atención y entorpecer la investigación.

Ávila concuerda con la versión del ex detective Edgard Molina. Soto Tapia no pudo haberse suicidado.

El caso en ese entonces se cerró caratulado como suicidio.

Escucha la entrevista completa acá realizada por Francisco Ovalle, en Radio Bío Bío de Valparaíso.