Un alto funcionario del Vaticano, el prelado italiano Nuncio Scarano, quien estuvo detenido en julio por malversación de fondos a través del banco del Vaticano, recibió este martes una nueva orden de detención por lavado de dinero, indicó la policía tributaria.

Scarano, ex responsable de la contabilidad de APSA, la agencia que gestiona el inmenso patrimonio inmobiliario del Vaticano, fue acusado por la justicia italiana junto con otro religioso, el sacerdote Luigi Noli, y un notario, de blanqueo de dinero.

Según los investigadores, la policía ordenó el secuestro de bienes inmuebles y de varias cuentas corrientes, entre ellas algunas abiertas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR, banco del Vaticano) a través de las cuales realizó transferencias irregulares por cerca de seis millones de euros.

Para la acusación Scarano lavaba dinero proveniente de fraude fiscal de empresarios, abogados y médicos, a los cuales exigía un porcentaje por facilitar la operación con el IOR.

Los beneficiados entregaban a Scarano el dinero como “donaciones para los pobres”, lo que les permitía depositar dinero ilegal, según explicó la misma fuente.

En total 52 personas están siendo investigadas por la policía italiana que acusa al religioso de emplear parte del dinero blanqueado para inversiones inmobiliarias, entre ellas la compra de un edificio en Salerno (sur).

Los abogados del prelado han solicitado ayuda psiquiátrica para Scarano, por sufrir una grave depresión, la cual se agudizó tras recibir la nueva notificación.

Según un comunicado de la policía, la investigación fue abierta después de que el mismo prelado denunciara el robo en su casa de varios millones de euros, una cifra incompatible con su sueldo y sus entradas.

Scarano fue detenido el 28 de junio pasado por complicidad en una operación para repatriar desde Suiza a través del IOR de unos 20 millones de euros vinculados al fraude fiscal de una familia de armadores napolitanos.

El alto prelado, quien se encuentra actualmente en detención domiciliaria, fue retirado de sus funciones en el Vaticano el año pasado.

“Las cuentas del religioso Nunzio Scarano en el IOR fueron congeladas desde julio y todas actividades a través de esas cuentas de los últimos diez años han sido entregadas a las autoridades italianas”, indicó a la AFP el portavoz del banco del Vaticano, Max Hohenberg.

“La investigación judicial italiana está basada en informaciones dadas por el Vaticano”, precisó Hohenberg al recalcar la buena colaboración entre los dos Estados.

En junio pasado, el papa Francisco designó una comisión para analizar las actividades irregulares del banco del Vaticano con el fin de hacer limpieza en la institución tras los varios escándalos en los que ha estado involucrado.

El más importante se produjo en 1982 con la quiebra del Banco Ambrosiano, un escándalo bancario que implicaba a la CIA estadounidense y a la logia masónica italiana Propaganda 2 (P2).

El banco del Vaticano gestiona 19.000 cuentas pertenecientes en su mayoría al clero católico, es decir, unos 7.000 millones de euros, que incluyen tanto a personas de menor rango en la jerarquía vaticana como a obispos, cardenales y diplomáticos acreditados ante la Santa Sede y se ocupa también de las trasferencias de dinero de las congregaciones religiosas.