La empresa lechera neozelandesa Manuka, que opera en la Hacienda Rupanco de Puerto Octay y que fue acusada por el diputado Fidel Espinoza (PS) de hacer que sus trabajadores den muerte a terneros, emitió una declaración en la que aseguran rechazar “tajantemente” el maltrato en contra de animales y descartan haber recibido observaciones del SAG por el tema.

“Manuka rechaza tajantemente el maltrato de animales. La industria láctea depende del manejo adecuado del ganado, por tanto cualquier estrés que se genere a los animales productivos, atenta contra nuestra actividad”, afirma la empresa en su declaración.

“La legislación establece que todos los productores cuenten con fosas bajo condiciones reglamentadas. Asimismo, dentro del modelo de producción lechera, la práctica de eutanasia está debidamente regulada por la autoridad, en particular por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)”, agregan.

Asimismo sostienen que “en la actualidad, no existe un mercado para la venta de determinadas razas enfocadas a la industria láctea y no de carne”.

“Pese a esto, los productores de leche -entre los que se encuentra nuestra empresa- se esfuerzan por venderlos a un precio simbólico. Es decir, la eutanasia es el último recurso”, aseguran.

La empresa detalló que el año pasado el SAG “indicó observaciones a algunos procedimientos, ninguno de ellos referente a maltrato animal”.

“En septiembre de ese mismo año, todas las fallas detectadas por la autoridad fueron debidamente subsanadas, lo cual fue certificado por el SAG”, recalcan en Manuka.

La compañía aseguró finalmente que su ganado “se alimenta de forma sana, de manera sustentable y en condiciones óptimas en un entorno natural que promueve su adecuado desarrollo, crecimiento y bienestar”.