Los países occidentales saludaron la “valiente” decisión de la oposición siria de participar en la conferencia de paz de Ginebra II y negociar con el régimen, aunque las posiciones de ambos bandos parecen irreconciliables.

Rusia, fiel apoyo del gobierno sirio, expresó igualmente su satisfacción por la decisión de la oposición de participar en la conferencia de paz que empieza el miércoles próximo en la ciudad suiza de Montreux, declaró este domingo el viceprimer ministro de Relaciones Exteriores Mijaíl Bogdánov.

Los jefes de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, y estadounidense, John Kerry, calificaron de “valiente” la decisión de la Coalición de la Oposición Siria en el exilio, que aceptó el sábado, tras semanas de aplazamientos y de presiones occidentales y árabes, participar en estas negociaciones.

“A pesar de las provocaciones y de las violencias del régimen”, esta elección “es la de la búsqueda de la paz”, celebró Fabius.

“Sabemos que el proceso será difícil, pero le digo al pueblo sirio: estaremos a vuestro lado (…) en la búsqueda de la libertad y de la dignidad que todos los sirios merecen”, aseguró John Kerry.

Por su parte, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier consideró que esta decisión es “un pequeño rayo de esperanza” y subrayó que “el mínimo avance (…) en el paso de convoyes humanitarios o en los acuerdos de alto el fuego a nivel local será un éxito”.

Irán, principal aliado regional de Damasco, preconizó una actitud “realista” durante la conferencia de paz, a la cual Teherán no ha sido invitado, indicó el domingo la prensa iraní.

El presidente de la Coalición de la Oposición, Ahmad Jarba, recordó el sábado desde Estambul, que “las negociaciones de Ginebra II tienen como único objetivo satisfacer las demandas de la revolución” y “antes que nada retirarle al sanguinario (Asad) todos sus poderes”,

Ambas partes llegarán por lo tanto con objetivos diametralmente opuestos a este encuentro diplomático, impulsado por Estados Unidos y Rusia para encontrar una solución política al conflicto sirio, que ha dejado más de 130.000 muertos desde que estalló hace casi tres años con una revuelta que se fue convirtiendo en guerra civil.

Convencer a la rebelión

Jarba acusó a Asad y a su gobierno de “terrorismo de Estado”, y afirmó que el régimen es responsable de la presencia sobre el terreno de combatientes del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), un grupo vinculado a Al Qaida que se enfrenta actualmente a los rebeldes en unos mortíferos combates.

Jarba también advirtió que la participación de la oposición en la conferencia no implica el fin de las operaciones contra las fuerzas de Asad, llevadas a cabo por la oposición y por su rama armada, el Ejército Sirio Libre (ESL).

El grupo Estado Islámico en Irak y en Levante tendió la mano a los rebeldes sirios, sus antiguos aliados, pidiéndoles este domingo poner fin a los enfrentamientos que actualmente los oponen en Siria.

“Hoy, el Estado (islámico) les pide cesar de combatirnos, y concentrase en los combates” contra el régimen sirio, declaró en un mensaje grabado, colgado en los foros yihadistas, un hombre que se presentó como Abu Bakr al Bagdadi, jefe de la organización.

Ejemplo de la división en el seno de la oposición sobre la posibilidad de negociar con el régimen, solo 75 de los 120 delegados de la oposición moderada reunidos hasta el sábado en Estambul participaron en el voto, y 58 votaron a favor.

Turquía y Catar, por mandato de los patrocinadores occidentales y árabes de la oposición, se reunieron el sábado por segundo día consecutivo en Ankara con grupos de combatientes rebeldes sirios, incluyendo al Frente Islámico, para tratar de convencerlos de la utilidad de Ginebra II, informaron fuentes diplomáticas.

Al menos tres de estos grupos, que no forman parte de la Coalición, dieron su acuerdo para integrar la delegación de la oposición en Suiza, según esta misma fuente.

Bajo la influencia de su fiel apoyo ruso, el régimen sirio aceptó el viernes una serie de concesiones humanitarias, entre ellas un “canje de prisiones” y un plan que prevé “la detención de todas las acciones militares” en la región de Alepo (norte).

También el sábado, en la primera muestra del cumplimiento de las promesas del régimen, llegó ayuda alimentaria por primera vez desde septiembre de 2013 al campamento de refugiados palestinos de Yarmuk, en Damasco, sitiado por el ejército desde hace meses. Este domingo decenas de refugiados palestinos gravemente enfermos o vulnerables fueron evacuados.