La organización separatista armada vasca ETA reiteró en un documento interno su compromiso con el abandono de la violencia anunciado en 2011, y reafirmó sus orientaciones “estratégicas” para la independencia del País Vasco, según un texto publicado este domingo por el diario Gara.

Este documento interno, fechado en diciembre y “firmado por su comité ejecutivo”, habría sido incautado durante una operación de la policía el pasado 8 de enero en el País Vasco contra el grupo de coordinación de presos de ETA, en la que fueron detenidas ocho personas, afirma el diario citando a fuentes de la Guardia Civil.

La dirección de ETA apoya “de forma aplastante la renovación estratégica” operada por la organización desde 2009, que ha conducido al abandono definitivo de la lucha armada, “y se reafirma en las decisiones tomadas” por la organización, según Gara.

“Entre ellas destaca el abandono de la lucha armada, a lo que confiere ‘carácter estratégico’”, añade el diario.

Para ETA, “superar el conflicto es una prioridad, pero también hay que dar pasos prácticos en la vía independentista”, cita Gara.

ETA, muy debilitada por la presión policial, anunció el 20 de noviembre de 2011 que abandonaba la violencia, tras 40 años de lucha armada por la independencia del País Vasco y Navarra, en el norte de España.

Pero el grupo, considerado organización terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos y responsable de la muerte de 829 personas, rechaza entregar las armas y disolverse, como exigen los gobiernos español y francés.

La organización reclama por su parte un acercamiento al País Vasco de los alrededor de 500 presos dispersos en cárceles de toda España y de Francia, y una amnistía. Pero el Gobierno conservador español permanece inflexible en su política penitenciaria y rechaza toda negociación.

Ante esta situación de bloqueo, el colectivo de presos de ETA, el EPPK, dio un paso muy esperado al publicar un comunicado, el 28 de diciembre, en el que ratificaba el abandono de la violencia y aludía por primera vez a posibles gestiones individuales para lograr su liberación, abandonando así la exigencia de una amnistía colectiva.

El colectivo también reconoció “el sufrimiento y daño multilateral generado como consecuencia del conflicto”.