En muchos puntos del mundo se levantan propuestas en torno a la legalización del cannabis para usos medicinales. Uno de los que se sumó recientemente a esta tendencia es Nueva York, que se convirtió en el estado 21° de EE.UU. en flexibilizar el marco legal para permitir que la marihuana sea consumida para propósitos médicos, entre éstos para paliar el dolor de distintas afecciones.

También Francia tomó medidas al respecto, autorizando la comercialización de un medicamento derivado del cannabis que combate los dolores derivados de la esclerosis múltiple.

Al respecto, un nuevo aliado sumaron los movimientos que impulsan el uso terapéutico de la marihuana. Un estudio realizado por investigadores de China y Estados Unidos apunta a que uno de los compuestos de la cannabis protege al hígado del daño que pueda generar a largo plazo el consumo de alcohol.

La ingesta de bebidas alcohólicas propicia el desarrollo de la esteatosis hepática, comúnmente conocida como hígado graso. Si no es tratada a tiempo puede facilitar que el daño se agrave, terminando incluso en cirrosis.

El informe fue elaborado por los investigadores de la Escuela de Salud Pública y el Laboratorio Estatal de Oncología del Centro de Cáncerde la Universidad Sun Yat-sen en China, además de miembros de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí, de Estados Unidos.

Las conclusiones del estudio realizado a ratones sostienen que el cannabidiol -CBD-, compuesto no psicotrópico de la cannabis, disminuye el estrés oxidativo que genera el alcohol en las células del hígado, además de frenar la degradación de las células disfuncionales.

Investigaciones previas también sugieren los beneficios terapéuticos del CBD para revertir los efectos del alcohol en el cerebro, tratar la ansiedad social y frenar el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, entre otros.