Al menos 46 personas murieron este miércoles en una oleada de atentados en Irak, donde los niveles de violencia se han disparado desde hace un año, informaron las autoridades.

Veinticuatro personas murieron en la explosión de al menos siete coches bomba con unos minutos de intervalo en varios barrios de Bagdad, afirmaron fuentes de seguridad y médicas.

Al nordeste de la capital, al menos 16 personas murieron en un atentado suicida en el funeral de un miliciano anti Al Qaida, añadieron las fuentes.

Un kamikaze hizo estallar un cinturón de explosivos en un funeral en Bohroz, según un oficial de la policía de la ciudad cercana a Baquba, capital de la provincia de Diyala.

Además, seis personas, entre ellas tres soldados, murieron en ataques en la ciudad de Mosul (norte) y sus inmediaciones.

Entretanto, las fuerzas gubernamentales continúan perdiendo terreno en la provincia de Al Anbar frente a los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL, vinculado a Al Qaida).

Estos rebeldes tomaron el control en las últimas semanas de varios sectores de Ramadi, capital de la provincia situada a 100 km de Bagdad, y controlan, junto con otros combatientes tribales antigubernamentales, la ciudad de Faluya, a 60 km de Bagdad.