Un alto el fuego sin condiciones previas y la participación de “todos los actores regionales” contribuirán al éxito de la conferencia de paz Ginebra II sobre Siria, preconizó la Santa Sede, tras una reunión de un grupo de expertos en el Vaticano.

Esta posición fue difundida públicamente la noche del lunes, cuando faltaban pocas horas para una visita del secretario de Estado norteamericano John Kerry al Vaticano, donde tratará la cuestión siria y los esfuerzos por reactivar el proceso de paz israelo-palestino.

Kerry, católico practicante, será recibido por el secretario de Estado Pietro Parolin.

La Academia Pontificia de Ciencias, que organizó esta reunión excepcional en presencia de expertos católicos y no católicos, a pedido del papa argentino Francisco, consideró que “el primer paso y el más urgente debería ser un alto el fuego inmediato y el fin de las violencias de todo tipo, sin condiciones políticas previas”.

Dada la “compleja y admirable tradición del pluralismo de las religiones, de las comunidades étnicas y de las culturas” en Siria, la Santa Sede “está decidida a apoyar a todas las confesiones religiosas y a las comunidades para que encuentren un nuevo entendimiento”.

Sin embargo, para eso, “todas las potencias extranjeras deben cesar el envío de armas y la financiación de armas”, pidió el Vaticano.

“Para construir la base de una paz regional, Ginebra II debe garantizar la participación de todas las partes en el conflicto, en la región y más allá”, preconizó además la Santa Sede, refiriéndose implícitamente a Irán.

También mencionó “la importancia vital del reciente acuerdo de Ginebra sobre el programa nuclear iraní”.

Dicho acuerdo permite esperar el fin “de un período de grave desconfianza entre Irán y las otras naciones de la región”, y su éxito “procuraría un fundamento vital para una paz duradera en Siria”.

Asimismo, “un progreso en las negociaciones de paz israelo-palestinas facilitadas por Estados Unidos” ayudaría a la pacificación de Siria”, señaló el Vaticano.