De Sídney a Nueva York, pasando por Londres y Buenos Aires, miles de pasajeros del metro viajaron este domingo en ropa interior, provocando risas o miradas perplejas de otros usuarios.

Los atrevidos viajeros formaban parte de la 13° edición internacional de “viaje en metro sin pantalones”, una curiosa festividad organizada este año en unas sesenta ciudades del mundo.

El creador del evento, Charlie Todd, que coordina su organización en Nueva York, fue uno de los primeros en quitarse el pantalón, sin perder el rostro serio, en el metro.

¿El objetivo? “Divertirse”, explicó. Y “provocar risas y sonrisas”, dijo.

Entre 3.000 y 4.000 personas, desde los tres meses a los 71 años de edad, viajaron con las piernas más frescas en el tren subterráneo de la metrópolis estadounidense, según Todd.

Desde siete puntos, los participantes se dispersaron por las líneas del metro, para luego volver a reunirse en Union Square en Manhattan.

“Tenemos que actuar de manera normal. Recuerden mantener un rostro serio. Respondan de manera cordial que se les olvidaron si alguien les dice que no tienen pantalones. Y sí, hace frío, desafortunadamente”, explicó Todd.

Los participantes deben usar ropa interior, y aunque se permiten los diseños llamativos, los organizadores prefieren que las personas usen una vestimenta normal, al menos de la cintura para arriba, para causar una sorpresa mayor en los demás pasajeros.

Se alienta el uso de trajes formales o de uniformes, así como llevar bicicletas, cochecitos de bebé, bolsas de la compra o maletines.

Pedro, en calzoncillos rojos y calcetines sobre el andén, viste un sombrero. Sólo lamenta que haga frío. “Pero es divertido”, dice.

En Buenos Aires, decenas de argentinos se sumaron a la jornada, quedándose sin pantalones en vagones del metro ante la sorpresa del resto de los pasajeros, constató la AFP.

La convocatoria local, que se hizo por la red social Facebook, señalaba que los participantes debían “estar dispuestos a quitarse los pantalones y poder mantenerse serios, sin gesticular o reírse por no traer pantalones”.

Algunos pasajeros los miraban risueños, pero todos lograron permanecer imperturbables. Las mujeres se quedaron con sobria ropa interior.

“Insistan en que es una coincidencia en que otros también olvidaron sus pantalones”, señalaban los organizadores, que prohibieron también a los participantes a hablar entre ellos.

En París, el encuentro se produjo en la estación Charles de Gaulle-Etoile, para viajar hasta Bastille. Más de 1.200 personas se habían inscrito en Facebook para participar.

La jornada comenzó en Sídney, al igual que Buenos Aires en pleno verano austral. Un pequeño grupo se quitó el pantalón antes de aventurarse en el metro en el centro de la ciudad, ante la mirada circunspecta de turistas.

Otras personas se animaron en Melbourne, Adelaide y Brisbane.

En el concurrido tren subterráneo de Hong Kong, unas 40 personas, entre ellas la australiana Bess Hepworth y su hijo de 18 meses, se unieron a la diversión.

“Es la primera vez que él se va a quitar los pantalones en público”, dijo la mujer de 37 años en referencia a su hijo.

En Pekín, un grupo de personas sin pantalones usó el metro, provocando miradas confundidas de otros pasajeros.

“Quiero mostrar que (los chinos) nos hemos internacionalizado”, dijo Huang Li, de 22 años, vistiendo ropa interior azul con puntos.

“Pero la gente piensa que estoy loca”, añadió la joven.