El pedido de un estudiante en Canadá de no interactuar con sus pares mujeres por motivos religiosos provocó un debate nacional acerca de hasta dónde deberían llegar las instituciones seculares para complacer a los creyentes.

El inusual caso también ha enfrentado al profesor de sociología del estudiante, que rechazó la petición, con la administración universitaria.

El problema estalló el pasado septiembre, cuando el estudiante, que seguía un curso en línea en la York University de Toronto, pidió ser excluido de un grupo de estudio porque quería evitar interactuar con mujeres.

“Una de las principales razones por las que he elegido los cursos de Internet para completar mi licenciatura (Bachelor of Arts) es debido a mis firmes creencias religiosas, y parte de eso es la interacción entre hombres y mujeres”, escribió el estudiante en una carta divulgada esta semana.

El estudiante, cuyo credo no fue revelado, agregó: “No me será posible reunirme en público con un grupo de mujeres (la mayoría de mi grupo) para completar algunas de estas tareas”.

Después de que el profesor de sociología J. Paul Grayson rechazara el pedido, el decano de la facultad, Martín Singer, le pidió que contemplara los deseos del estudiante.

Desde entonces, la controversia no ha hecho más que aumentar y ocupa los periódicos canadienses este jueves, aunque el estudiante retiró su pedido y agradeció a Grayson y a la facultad por tratar su solicitud.

En un documento sobre el caso, citado por varios diarios canadienses, Grayson explica que no quiso convertirse en “un vehículo del sexismo”. También expresó su preocupación por la posibilidad de que el caso sentara precedente y le permitiera a otros eludir la relación con estudiantes de determinada raza, credo u orientación sexual.

“Dudo que consintiera que un estudiante se negara, por razones religiosas, a interactuar en clase con negros, aunque se pudieran encontrar justificaciones bíblicas para ello”, escribió Grayson en una carta al Centro para los Derechos Humanos de la universidad, citada por The National Post.

De acuerdo con diferentes informes, la administración de la universidad se ha mantenido firme en su posición de que tiene la obligación legal de contemplar las convicciones religiosas de sus estudiantes, sobre la base del Código de Derechos Humanos de Ontario.

Asimismo, se reportó que el decano alegó que los demás estudiantes no se verían afectados por esa eventual contemplación.