Después de 2 años en que se cavó debajo de sus dos patios y del edificio que los separa, ayer se inauguró, con la presencia del Presidente Piñera y el Ministro de Cultura Roberto Ampuero, entre otros, un Museo Chileno de Arte Precolombino renovado, realmente atractivo y que invita a disfrutar sus muestras ya que todo está hecho, y muy bien hecho, para disfrutar de la excelente colección de este Museo.

La sala subterránea es muy grande y muy alta (más de ocho metros), y gracias a unas espectaculares vitrinas alemanas (que casi no se ven, casi no generan reflejos, tienen un mínimo de estructuras visibles y junturas de vidrios), una selección acuciosa de los elementos (de alrededor de 6.000 se exhiben unos 300), el resultado es una síntesis del Arte Precolombino Chileno notable. Imperdible.

Desde los rehue y la cultura Mapuche, con unos tejidos notables e increíbles, por el sur, hasta momias Chinchorro puestas en una vitrina que da la impresión que se podrían tocar o un maravilloso Quipu Inca de fibra, por el norte, la muestra incluye Rapa Nui y otras culturas, como la diaguita.

El proyecto de arquitectura, a cargo de Smiljan Radic, también incluye espacios subterráneos para los investigadores y restauradores, como una nueva distribución de los espacios pre-existentes. Así, el acceso será más amble y acogedor, ya que se entrará a un patio con una cubierta traslúcida donde habrá una cafetería y la tienda –de muy buena calidad- del Museo.

El proyecto, de un costo de 17 millones de dólares, fue posible gracias al aporte de Minera Escondida.

Hilando muy fino, sólo podemos hacer algunas observaciones muy menores: los vidrios del segundo piso (pre-existentes pero que se podrían haber cambiado) reflejan dando una percepción de liviandad que atenta contra el carácter del edificio original; el pavimento de huevillo del segundo patio no se hizo ni con ta técnica original –que permite un muy buen drenaje de las aguas lluvias-, que podría haber sido un valor al tratar de volverlo a un supuesto estado original, pero es muy incómodo y limita de forma severa su uso; el ascensor que se ha instalado es de color blanco, lo que distrae y perturba cuando llega a la sala subterránea, oscura y con iluminación mínima, cuidada y dirigida especialmente a los objetos; y, finalmente –y lo más subjetivo-, las piezas expuestas, que abarcan zonas geográficas muy diversas, aparecen descontextualizadas… no hay referencias a los paisajes, al clima, al contexto.

Como parte de los trabajos, también e reorganizaron los espacios del primer y segundo piso de este edificio colonial que, en su momento, acogió a la Aduana.

La sede de Museo Precolombino fue diseñado originalmente por Joaquín Toesca (Palacio de La Moneda y Catedral de Santiago), es Monumento Nacional y forma parte del valioso Patrimonio Cultural del casco histórico de Santiago.