El gobierno sursudanés reconquistó este viernes la ciudad de Bentiu, un importante centro petrolero y una de las dos capitales regionales en manos de los rebeldes, tras violentos combates.

En el ámbito diplomático, los negociadores de ambos campos examinaban en la capital etíope, Adís Abeba, un proyecto de cese el fuego presentado por los países de la región.

Pero en el terreno, el gobierno sursudanés seguía movilizando masivamente a sus tropas para retomar el control de la ciudad de Bor, a 200 km al norte de la capital Juba.

“Bentiu está ahora bajo nuestro control”, dijo el portavoz de la presidencia sursudanesa, Ateny Wek Ateny.

El jefe de la rebelión sursudanesa, el ex vicepresidente Riek Machar, reconoció haber perdido el control de esta ciudad pero aseguró que seguirá su combate contra su rival, el presidente Salva Kiir.

“Nos retiramos de Bentiu para evitar combates callejeros y salvar vidas humanas. Seguiremos combatiendo, la batalla continúa”, declaró a la AFP. No obstante, prometió que los rebeldes continuarán las negociaciones en Adís Abeba.

Asimismo, según la radio independiente Tamazuj, la capital del estado petrolero de Unidad cayó a media jornada, después de que los rebeldes abandonaran sus posiciones frente a una ofensiva gubernamental.

La radio añadió que varios combatientes rebeldes perdieron la vida cuando intentaban refugiarse en una base de la ONU.

También se registraron enfrentamientos en el este del país, en las inmediaciones de Bor, capital del estado sursudanés de Jonglei, controlada por los rebeldes pero que ha cambiado de mano en tres ocasiones desde que estalló el conflicto.

“Debemos movilizar a todos los soldados de la SPLA (el ejército sursudanés), a todos los exsoldados que estaban en el ejército sursudanés”, dijo Clement Wani Konga, gobernador del estado de Equatoria Central, donde se encuentra la capital Juba. Wani Konga indicó que 3.000 soldados estaban ya movilizados en esta región y que se desplegará a otros 12.000 próximamente.

Un balance que “se aproxima a los 10.000 muertos”

Mientras tanto en Adís Abeba, las delegaciones rivales sursudaneses examinaban el viernes un proyecto de mediación auspiciado por los países de la región.

La propuesta pide el “cese inmediato de toda acción militar contra el campo adverso”.

Los mediadores proponen también la creación de una fuerza no armada para vigilar el respeto de un eventual acuerdo y el acceso de “ayuda urgente” a la población desplazada.

El gobierno y los rebeldes iniciaron las conversaciones el lunes pero éstas están bloqueadas por una de las exigencias de los rebeldes: la liberación de presos cercanos a Machar, detenidos durante los primeros días de combates.

A la espera de una eventual tregua, el balance de más de tres semanas de enfrentamientos “supera ampliamente” los mil muertos anunciados hasta ahora por las Naciones Unidas, indicó el jueves el jefe de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Hervé Ladsous.

Según un analista del grupo independiente, International Crisis Group, la intensidad de los combates en una treintena de lugares hace temer un balance que “se aproxima a los 10.000 muertos”.

El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados señaló además que el conflicto ha dejado ya más de 230.000 desplazados y 43.000 refugiados.

Los enfrentamientos empezaron el 15 de diciembre, cuando el presidente Salva Kiir acusó al ex vicepresidente Riek Machar de tratar de dar un golpe de Estado. Machar lo desmintió, acusando a su vez al presidente de llevar a cabo una violenta purga de sus adversarios.