En la etapa decisiva se encuentran los 37 alumnos desvinculados desde la Universidad Central de Santiago, luego de ser acusados por el tribunal de disciplina por los destrozos y desordenes ocurridos durante el año pasado y que fueron avaluados por más de $200 millones.

Iván Ortiz, vocero de los estudiantes expulsados, manifestó que este tipo de medidas atentan contra los mismos valores que la universidad promueve, haciendo un llamado al rector Rafael Rosell a entregar una respuesta favorable al recurso de gracia.

Naschle Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, sentenció que es difcíl avanzar en mejorar la educación, con decisiones que son de hace 40 años atrás y que afecten de tal manera a estos estudiantes.

Pablo Toro, vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, rechazó que los alumnos sean expulsados desde sus casas de estudios por manifestarse..

La respuesta final por parte del rector debería entregarse a fin de mes, instancia que, a juicio de los estudiantes, esperan que sea favorable a su condición.