Vanguardia, un espectáculo inclasificable que estimula los sentidos y la imaginación; una estética cuidada y cautivante, una música contemporánea que incorpora sonidos y voces étnicas son sólo algunas cosas que se pueden decir de este montaje que, sin lugar a dudas, dará para conversar pero que quedará dando vueltas y en la memoria de muchas personas que tengan la posibilidad de verla.

No tiene actores, salvo dos operadores al principio. Tiene algunos textos grabados –en español y otro, una entrevista a Levi-Strauss, en francés traducido en pantalla-…. Todo lo demás es mecanizado. Pero la sucesión de hechos, imágenes, sonidos y la música que van generando verdaderas máquinas (hechas con partes de pianos y otros complejos mecanismos que luego se pueden ver cautivan y van metiendo en una obra que va dando pistas, señales, que va entregando retasos, la mayoría de ellos muy hermosos, memorables.

Heiner Goebbels, el creador alemán de Stifters Dinge, entrega una gran diversidad de estímulos para que cada espectador cree su propio relato, para que hilvane, construya con estas piezas –y la particular interpretación que haga de ellas- una historia, una idea. Y estas diferirán con cada espectador…

Los tres espejos de agua, la lluvia, la idea de río, la estética de los instrumentos que podrían recordar el cubismo de Juan Gris, los telones que van dividiendo el espacio y creando –y distorsionando- los reflejos del agua, la bruma y el agua efervescente… todo realizado en forma impecable, perfecta, interpelando a la memoria visual, auditiva, estimulando conexiones internas, humanas, frente a una instalación que alude a lo mecánico.

Un llamado a remirar la “creación”, la evolución, la naturaleza y lo humano. O lo inhumano, en esta obra –creación notable de Heiner Goebbels- donde está casi todo robotizado.

Stifters Dinge se presenta hasta el viernes 10 de enero en la Estación Mapocho a las 22:30 horas (dura 1 hora), salvo el último día, que tiene presentación doble con función a las 23:59 horas.