A mediados de octubre de 2013, apareció sin mayor bombo a un costado del Palacio de Tribunales de Concepción un trozo de los escombros del malogrado edificio Alto Río, donde murieron 8 personas y otras 70 quedaron heridas tras su colapso por el terremoto del 27F.

Aunque la iniciativa de recordar a las víctimas pudo ser noble, el descuido en su ejecución lo ha convertido en un insulto a su recuerdo.

Duele comprobar que el bloque de concreto fue simplemente tirado sobre la vereda, como si se tratara de un resto de demolición esperando su retiro. No hay una base que lo sostenga ni le de mayor solemnidad; tampoco hay pasto a su alrededor, ni luces que lo iluminen. Ni siquiera un cordón o reja que le brinde protección.

Pero más triste aún resulta la indolencia de la comunidad penquista, que lo ha convertido en un verdadero basurero sobre el que diariamente es posible ver papeles, envoltorios de dulces y bebidas, restos de frutas, junto con helados derretidos. Para qué mencionar el rayado de un signo de interrogación con el que -al parecer de forma irreverente- alguien quiso señalar su desconcierto ante la maltrecha estructura.

Cuestionable entonces el descuido de la autoridad en exhibir un trozo de nuestra historia de forma tan displicente, pero aún más reprochable es la actitud de los penquistas, que no hemos sabido mostrar por él un mínimo de respeto.

Christian Leal (BBCL)

Christian Leal (BBCL)

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