Los vientos comenzaron a dificultar la medición de la emisión de gases del volcán Chaparrastique que el domingo hizo una erupción de ceniza en el este de El Salvador, informó este jueves una fuente oficial.

“Los vientos han dificultado la medición de las toneladas de emisión de gases”, declaró a la Radio Nacional de El Salvador, el ministro salvadoreño de Gobernación, Ernesto Zelayandía, quien vigila la atención a la población en la zona del volcán ubicado en el departamento de San Miguel, 140 km al este de San Salvador.

El Ministerio de Medio Ambiente en un comunicado precisó que los vientos con ráfagas de hasta 35 km por hora son generados por un frente frío que se ubica desde La Florida hasta la península mexicana de Yucatán.

Zelayandía dijo, que en virtud de los vientos que desplazan los gases tóxicos, los expertos no pueden “determinar” si la tendencia de emanaciones desciende.

El último informe del Ministerio de Medio Ambiente estableció que este jueves por los vientos “hubo fluctuaciones” en la pluma de gases y las 700 toneladas detectadas “no se considera (un dato) representativo” para el reporte de emisiones de dióxido de azufre SO2.

Las emisiones de SO2, registraron el domingo 29 de diciembre 637 toneladas, el día 30 alcanzó 1.244 toneladas; el 31 fue de 2.200 toneladas; el 1 de enero fueron 1.740 toneladas.

Este jueves un informe de un equipo especializado de vulcanólogos del Observatorio Ambiental, determinó que en la erupción del domingo existió un “componente magmático” y consideró que “de existir un nuevo episodio eruptivo el escenario más probable es una erupción con lanzamiento de rocas incandescentes en las cercanias del cráter”.

Los expertos, con base al comportamiento histórico del coloso no descartaron que también haya actividad eruptiva en “fisuras laterales” de la estructura del Chaparrastique.

En tanto, el director de Protección Civil, Jorge Meléndez, negó que dos habitantes de la zona del poblado de San Rafael Oriente, próximo al volcán, hayan fallecido producto de la inhalación de los gases. Una persona falleció por “insuficiencia renal crónica” y la otra por “infarto de miocardio”, destacó el funcionario.

Sin embargo, Meléndez indicó que “la presencia de gases y dióxido de azufre podría ser un factor agravante, por lo que no se descarta una vinculación determinante con la pérdida de esas vidas”.

Recordemos que el volcán tuvo su última gran erupción en 1976. De acuerdo con los expertos, registra al menos 20 erupciones en los últimos 300 años.