Agricultores y canalistas de la provincia de Bío Bío manifestaron su incertidumbre de cara al 2014, por el crítico estado que presenta el Lago Laja, fenómeno que obligará a utilizar el colchón de seguridad del cuerpo lacustre. Dirigentes gremiales aseguran que sólo los salvaría un invierno lluvioso.

José Miguel Stegmeier, presidente de la Sociedad Agrícola de Bío Bío (Socabío), indicó que sólo un milagro podría salvar al cuerpo de agua, que con su disminuido caudal pone en peligro el riego y por ende el desarrollo de su actividad productiva.

Mientras, para los regantes las reuniones no cesan. Ahora los convocó el Ministerio de Agricultura a una mesa de diálogo con Endesa y la Dirección de Obras Hidráulicas, instancia en la que pese a no abrigar mayores esperanzas, participan en busca de una visión común.

Para el Gerente de los Canalistas del Laja, Héctor Sanhueza, el próximo año se avizora complejo, considerando que a partir del 10 de enero habrá que utilizar la reserva del lago, sacando más agua de la que corresponde y llevándolo a un nivel inferior, esperanzados en un invierno con más nieve.

En tanto, Jorge Guzmán, presidente de la Asociación Nacional de Remolacheros, sostuvo que la disposición de agua para riego está en peligro, sin embargo, la Dirección de Obras Hidráulicas y Endesa aún no convocan a una reunión para flexibilizar el convenio de 1958 y hacer uso del colchón de seguridad.

Hay que mencionar que el convenio de 1958 sólo se ha flexibilizado seis veces, medida que deja sin posibilidad de riego a las personas inscritas después de esa fecha -incluido el canal Laja Diguillín- y que obliga a los regantes del Laja a bajar sus derechos de agua en un 25%.