El gobierno británico creará un registro nacional de implantaciones de prótesis mamarias para evitar que el escándalo de la empresa francesa PIP, que comercializó durante años implantes defectuosos, se produzca nuevamente.

“Todo tipo de regulación ha sido inexistente en la industria estética desde hace demasiado tiempo, y hay demasiadas historias de mujeres a las que empresas o doctores deshonestos les arruinaron la vida”, declaró el secretario de Estado a la Salud, Dan Poulter.

“Esto debe cambiar. Es por ello que hemos tomado medidas para [...] proteger a las mujeres y pacientes”, agregó.

“Por primera vez, los cirujanos estéticos tendrán una formación apropiada y crearemos un registro de implantaciones de prótesis mamarias que permitirá controlar la calidad de los implantes, y en caso de que sea necesario, actuar rápidamente para proteger a las mujeres”, agregó.

En este registro que entrará en funcionamiento el próximo mes, los implantes mamarios serán inscritos en un repertorio, al igual que lo san ya las prótesis de caderas o de rodilla.

El ministerio británico de Salud aprobó la mayoría de recomendaciones formuladas por un estudio del director médico del servicio de salud pública del país (NHS), publicado después de que saliera a la luz el escándalo de las prótesis PIP en marzo de 2010.

La firma francesa utilizaba un gel de silicona no homologado para uso médico en vez del gel Nusil autorizado y que la firma declaraba utilizar.

Se calcula que más de 50.000 mujeres en Reino Unido y 300.000 en el mundo, muchas de ellas latinoamericanas, son portadores de los implantes fraudulentos PIP.

A principios de diciembre, la justicia francesa condenó a Jean-Claude Mas, fundador de la empresa PIP, a cuatro años de cárcel y a una multa de 75.000 euros.