Preocupación manifestaron integrantes de la comunidad Rulafken de Palena e integrantes de Patagonia sin Represas por la reactivación del proyecto de central hidroeléctrica en el río Puelo, región de Los Lagos, a manos de Endesa. Según los denunciantes, el impacto sería mayor a lo generado por Ralco y Pangue en el Alto Bío Bío.

Fue durante el funeral de Nicolasa Quintremán que Marcos Montiel Paillán, werken de la comunidad Rulafken, planteó al director nacional de la Conadi la preocupación de sus familias por los efectos que este proyecto pudiera tener en su calidad de vida. Advirtió que los territorios inundables dejarían arrinconados a los pueblos originarios.

Manuel Baquedano, de Patagonia sin Represas, señaló que el Estado no representa a todos, sino a los intereses empresariales, generando brechas con sus propios pueblos originarios. Agregó que, en el caso del proyecto Puelo, lo que se reclama es que una vez que comienza la construcción de represas, esto no para, tal como ocurrió en el Bío Bío.

Para Francisco Vera Millaquén, werken de la comunidad Pepiukelen de Pargua, es inconcebible que el Estado permita que los últimos parajes de la Patagonia sean inundados, afectando de paso a las familias que habitan esos sectores.

Según los personeros, la idea es dar una dura batalla para impedir que los territorios ancestrales se vean afectados y de paso, se atente contra la calidad de vida de las comunidades que habitan el entorno de este sector.