En una sociedad que de a poco se dirige a un “nuevo orden” en cuanto a sus cánones de belleza,
con un equilibrio entre los referentes de talla pequeña y mediana y otros más curvilíneos, las llamadas “chicas XL” van ganado terreno en rubros como el modelaje y la publicidad.

En ese contexto, muchos son los hombres que se sienten atraídos por estas mujeres con curvas pronunciadas, que sin importar su peso lucen con orgullo su figura.

Pese a ello Becky Cavender, escritora freelance, artista y madre soltera, afirma que los hombres aún mantienen ciertas percepciones erradas sobre cómo hay que tratar a estas chicas.

Con el fin de despejar dudas, la propia autora -que se considera a sí misma una “chica grande”- publicó un blog en el que detalla las 5 cosas que ellos no deberían decirle a una “mujer XL”.

A continuación, te dejamos con la traducción de parte del artículo.

“Para aquellos hombres que les gustan las chicas grandes, unas pocos consejos:

1.- No nos digan que somos lindas y tiernas. Los niños y los perritos son lindos y tiernos.

2.- Dígannos que somos HOT, bellísimas, sexys, hermosas, estupendas, preciosas, asombrosas, maravillosas, especiales… sabes a lo que me refiero.

3.- No digas: ‘Tienes una linda cara’. Ese es el beso de la muerte. Nos quejaremos, daremos vuelta los ojos y pensaremos: ‘He escuchado esto toda mi vida. ¿SÓLO mi cara es bonita? No. Ve el consejo número uno. Aparte, si dices esto también se registrará en el radar de cualquier chica rellenita que no has estado con muchas de nosotras con anterioridad.

4.- Invítanos a salir, presume de nosotras, baila con nosotras, tómanos la mano en público… actúa como un hombre normal a quien le atrae su chica.

5.- No digas: ‘Eres una hermosa mujer rellenita’ o ‘Me gustan las chicas gordas’. En serio. Tienes que vernos como quienes somos. Individualmente. No tienes que calificar que somos lindas… para ser grandes. Vamos. Sólo tienes que creer que somos hot. Sobre lo de ‘Me gustan las chicas gordas’: no somos un fetiche. Nada más.

A pesar de las dificultades que a veces tengo para aceptar halagos, en realidad sé que soy una mujer genial. Mi mayor problema -si es que puedo llamarlo un problema- es mi tamaño. Pero podría ser mucho peor: podría ser una persona mezquina, miserable, chismosa; en vez de eso, soy gorda.

¡Ah! Y para que conste: aún así me va bien con los chicos. No es un problema”.

Becky Cavender

Becky Cavender